Galería de críticas: Cine y artes plásticas

sábado, 31 de octubre de 2015

Cinefiesta realiza homenaje al crítico Luis Trelles Plazaola

Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015



La crítica de cine y el cortometraje en palabras de Trelles


La decimotercera edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico, estuvo dedicada al doctor Luis Trelles Plazaola, como reconocimiento de sus aportaciones en el ámbito cinematográfico, local e internacional; a partir del desempeño constante de la crítica, la historiografía y la docencia.
     
Cinefiesta 2015 se celebró en el Teatro Guillermo y Bertita Martínez del Conservatorio de Música de Puerto Rico, desde el 19 hasta el 26 de julio. Como cada año, el Festival incluye un calendario de Actividades Paralelas que complementan y enriquecen la muestra de Selecciones Oficiales, para beneficio del creciente público cinéfilo.

En el marco de las Actividades Paralelas, Cinefiesta contó con un conversatorio a cargo del doctor Trelles Plazaola, quien fue entrevistado por dos panelistas y miembros de la Junta de Directores de Cinefiesta Inc.: Alfredo Nieves Moreno y Ana María Socarrás Piñón.

El panel tuvo por título: El cortometraje: Género cinematográfico y punto de partida y se efectuó en la Sala Anthony “Junior” Soto del Conservatorio de Música, el miércoles 22 de julio a las 10:00 am. Además del cortometraje, como tema principal, el doctor Trelles abordó otros aspectos del cine, desde su vasta experiencia; tales como, la crítica cinematográfica, los festivales de cine y las principales directrices de sus investigaciones publicadas en Puerto Rico.

Según sus datos biográficos, Luis Trelles Plazaola nació en La Habana, Cuba, y reside en Puerto Rico desde 1961. Es doctor en Leyes y licenciado en Derecho Diplomático y Consular por la Universidad de La Habana. Completó un doctorado en Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), y posee maestrías en Cine, Radio y Televisión de la Universidad de Columbia (Nueva York) y en Ciencias Bibliotecarias del Pratt Institute (Nueva York).

En cuanto a su labor como docente, entre los años 1976 y 1994 se desempeñó como catedrático auxiliar y, posteriormente, catedrático de la Escuela de Comunicación Pública de la UPR-RP, donde también fue director interino (1977-78) y coordinador de estudios graduados (1983-84). Durante sus años como profesor universitario, creó múltiples cursos sobre distintos aspectos relacionados al cine mundial en la UPR-RP y coordinó ciclos de cine, tanto en esta institución, como en la Universidad del Sagrado Corazón y la Universidad Interamericana.

Como crítico de cine, el doctor Trelles Plazaola publicó para los periódicos El Nuevo Día (1970-78 y 1987 al 2008), The San Juan Star (1978-85) y Diálogo (1991-94). Al momento, y desde 1983, cumple esta función para el semanario El Visitante. Además, ha publicado en revistas especializadas de Puerto Rico y sus escritos han aparecido en revistas de La Habana, Caracas y París. Así mismo, ha ejercido la crítica cinematográfica para la radio y la televisión.
 
A propósito del conversatorio en Cinefiesta, Trelles comparte sus apreciaciones sobre el cortometraje, explora temas relativos a la crítica de cine en el contexto puertorriqueño, contrasta sus vivencias en los distintos festivales cinematográficos y regresa, por momentos, a La Habana.


Luis Trelles Plazaola y Alfredo Nieves Moreno en Cinefiesta 2015

El cortometraje: Un punto de partida

El cortometraje, como género cinematográfico, tiene una gran importancia en la historia del cine. Al respecto, el doctor Trelles expone las tres principales razones que han hecho del corto un género fundamental para la industria fílmica desde sus orígenes.

Según Trelles, en primer lugar, el cine de ficción, que es el que generalmente vemos y conocemos, nació en términos de duración como cortometraje. Las películas de Georges Mélies y de Edwin S. Porter eran eso, peliculitas de ocho o diez minutos de duración que contaban ya una historia y que fueron la matriz de dos géneros fundamentales: el de ciencia ficción, en el caso del francés; y el del oeste, en el caso del escocés radicado en Estados Unidos.
 
En segundo lugar, continúa Trelles, el corto es una escuela para todo el que va a hacer cine, porque le obliga a tener precisión, concisión y a depender de las imágenes; pues, el cine es fundamentalmente imágenes. En el cine, de lo único que no se puede prescindir es de la imagen; y el corto se presta, admirablemente, para que la imagen sea la que lleve la voz cantante.
 
Al decir de Trelles, una tercera razón viene a ser que los grandes cineastas siempre han hecho cortos; por ejemplo, la directora francesa Agnes Varda, la famosa Vera Chytilová y los grandes de la Nueva ola, como Jean-Luc Godard y François Truffaut. En fin, hay toda una lista de grandes directores que se iniciaron con la realización de cortometrajes.
  
De manera que, añade el doctor Trelles, “este esfuerzo que hace, año tras año, Cinefiesta con Luis J. Cruz y su equipo tan dedicado, es más que meritorio; porque nos está enseñando, posiblemente, lo que va a ser el germen de grandes cineastas en el futuro”.
                                 
Los cineastas emergentes suelen debatirse entre el cortometraje y el largometraje a la hora de plantearse la realización de su primer proyecto cinematográfico.

Al respecto, Trelles les recomienda que empiecen por el corto, en primera instancia, debido al factor económico; pero, además, porque el cortometraje es una escuela que enseña lo fundamental que es la concisión para el cine, la primacía de la imagen, y el valor de una trama que requiera de intérpretes, evitando la dependencia a los efectos especiales u otros elementos que solo distraen al espectador. Así que, “yo recomendaría el corto por razones económicas y de aprendizaje. Se aprende empezando por lo poco y luego se llega a lo grande”, sostiene.

Especialmente, Trelles recomienda “mucho tesón y paciencia”; pues, explica que el camino del cine es muy difícil en toda América Latina. Sin embargo, hoy día, el cine está al alcance por infinidad de medios; así que, puntualiza, “hay que ver mucho cine y hay que conocer realmente lo que se ha hecho antes”, para no pecar de ignorantes. Es necesario que el cineasta, como todo creador, tenga una amplia y diversificada cultura sobre su especialidad. Además, sugiere leer mucho sobre cine. “Leer y mantenerse al día también es una escuela”, afirma.



Ana María Socarrás y Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015


La crítica de cine

Luis Trelles Plazaola es la figura más representativa de la crítica de cine en Puerto Rico, con una trayectoria de excelencia en los medios locales e internacionales. Durante cincuenta años, se ha dedicado a fomentar la educación cinematográfica, desde todas las tribunas posibles: la academia, la literatura, la prensa, la radio y la televisión. El cine ha sido su vida y obra.
          
Sobre el tema de la crítica cinematográfica, Trelles Plazaola comparte su definición: “La crítica es un ejercicio, un esfuerzo sostenido, por alguien que conoce del medio, para iluminar una película”.

Trelles explica que se debe distinguir entre los tipos de crítica. Primeramente, existe la crítica momentánea, la de periódicos, radio y televisión, que se hace al calor de los estrenos que se producen cada semana y que, por necesidad, tiene que ser una primera impresión.

Es decir, argumenta el profesor, lo que se hace en prensa diaria, televisiva y radial viene a ser tanto crítica como reseña; y reseñar es volver sobre el material. En este tipo de crítica, quien reseña debe referirse a la trama, porque es lo que mueve a la gente a ir al cine; debe ubicar la película en un género cinematográfico, lo cual determina el estilo del filme; y debe mencionar a los protagonistas, pues en el cine comercial domina la estrella.
 
Además, puntualiza Trelles: “Si se sigue, como he seguido yo durante años, la teoría del autor, el crítico deberá referirse al director de la película. En una ocasión leí, no me pregunten donde, que un gran director repite cien veces el mismo tema, con variantes, pero es así; tal es el caso de Federico Fellini, Michelangelo Antonioni e Ingmar Bergman, por citar solo algunos”.
   
Trelles añade que la crítica puede ser iluminadora, también, de una posición ideológica; pues el crítico, antes que crítico, es persona. Así que, los críticos pueden tener una visión condicionada por su ideología y, entonces, la relativa objetividad se pone en riesgo.
 
Sobre la importancia y pertinencia social de la crítica cinematográfica, Trelles argumenta que la crítica es fundamental, porque al cine van multitudes de personas, un conglomerado enorme de cualquier población; de manera que, realmente, existe una apertura hacia un cúmulo social grande. Además, porque las películas encierran ideas.
 
A propósito, el doctor Trelles comenta: “Yo siempre decía en las clases que un director de cine es como un perforador de calle. El primer nivel es el asfalto, el argumento. La mayoría de la gente se queda en ese primer nivel. Entonces, la perforadora pasa del asfalto a un nivel intermedio, que sería el tema; pues, las películas cuentan un argumento, pero este puede ser un puente para un tema de mayor interés. Finalmente, existe un nivel al cual la perforadora tarda en penetrar y el asistente al cine también tarde en penetrar, que es el nivel estético”.

Con relación a la profundidad del nivel estético, Trelles explica que una película puede ser un gozo nada más que por ver sus imágenes, por apreciar la manera como se contrasta, como se usa la edición y como se emplea la música. Por ejemplo, “el solo recurso del encuadre, transmite una determinada idea al espectador. De manera que, podemos ver una película olvidándonos del argumento y fijándonos solo en la estética, en como se han manejado los recursos del cine”, argumenta.
   
La crítica de cine, en tanto interpretación, también puede alcanzar y explorar esta profundidad temática y estética de manera creativa. Al respecto, Trelles explica que la crítica cinematográfica tiene dos vertientes.

“Lamentablemente, aquella crítica de primera instancia, la de diario, radio y televisión, tiene mucho de descriptiva; pues, es lo que la gente quiere. Entonces, si uno desarrolla una crítica a fondo, de tipo estilística o temática, no descriptiva, la gente la rechaza”, sostiene.

Ahora bien, según Trelles existe otra vertiente, que es la crítica académica, la cual se realiza para revistas especializadas. Por lo tanto, “el crítico tiene que adecuarse a la publicación para la que escribe, y en dependencia de los medios, tiene que redactar a diferentes niveles de profundidad”, explica.
         
El doctor Trelles analiza el estado actual de la crítica académica y expone que esta variante de la crítica se encuentra muy limitada, porque el cine ha cambiado mucho. “Hoy día, en Puerto Rico, existe una gran limitación de las películas que se pueden reseñar, porque lo único que hay es lo que está en los cines de estreno, en salas comerciales o en televisión”, afirma.
          
Sin embargo, la década del sesenta se mostró más favorable para el desempeño de la crítica de cine en Puerto Rico. Según Trelles, en la época de los años sesenta, que fue cuando comenzó a ejercer, el crítico tenía mayores posibilidades; pues, estaba la siempre existente opción de lo comercial, pero también contaba con la riqueza de los programas especiales de cine.
     
Trelles enumera algunos de estos programas, como la serie de cine de la Universidad de Puerto Rico; el cine de la Alianza Francesa; lo que se mostraba en el Instituto de Cultura, que tenía dos series de cine, una de cines nacionales, donde se vio cine búlgaro y rumano, y un ciclo especial de grandes directores, que también era necesario para alejar a la gente del concepto de que lo fundamental en el cine son las estrellas, cuando sólo es así en términos económicos.
 
Inclusive, el profesor comenta que hubo un importante esfuerzo por parte del sector privado; tal es el caso de María de Lourdes Silva González, quien tuvo su propio cine club en Miramar, que inauguró con la película Que la fête commence (Bertrand Tavernier, 1975).


Trelles puntualiza que el crítico, hoy día, tiene diversas opciones de publicación, como el blog; pero, por el contrario, tiene una opción muy limitada en cuanto al tipo de película que puede reseñar, según lo que está a su disposición.
 
Precisamente, sobre esta variante más contemporánea de los llamados críticos blogueros, Trelles opina: “Creo que, en efecto, es una apertura, una manera de ampliar el campo crítico; aún está insipiente, en el sentido de que no tiene la misma trayectoria de la crítica impresa o televisiva, pero está evolucionando. Los blogs ofrecen otras oportunidades y se prestan a una nueva manera de hacer crítica”.
 
Con relación al cine puertorriqueño, Trelles comenta que hoy día la crítica atiende mucho más a la producción local. “El cine puertorriqueño ya tiene sus grandes figuras, empezando por Jacobo Morales, quien es realmente un autor con una temática consistente. De hecho, en el cine de Marcos Zurinaga, resulta interesante la presencia de un personaje, que se convierte en héroe para otros; por ejemplo, en la película sobre La desaparición de García Lorca (1997), en Tango Bar (1987) y en La gran fiesta (1986), con la presencia de la mujer, como figura retadora en todos los campos”, argumenta.


Sobre el panorama cinematográfico local, más contemporáneo, Trelles añade que el director de Broche de Oro (Raúl Marchand Sánchez, 2012) es un realizador que promete en términos de fluidez de la narración y el manejo de la edición para construir su película. También, alude a la cineasta Sonia Fritz por su trayectoria sostenida en el documental, sobre los diversos problemas sociológicos del ámbito nacional.


Por otra parte, para despertar localmente el interés por el maravilloso mundo del cine, Trelles propone: “Lo que habría que hacer, en primer lugar, es ofrecer más educación cinematográfica, cursos, semanas del cine. Es decir, promover más muestras especiales de cine, que sean consistentes y de cines nacionales diferentes, de directores distintos y poco a poco, porque fomentar esa cultura toma tiempo y mucho esfuerzo”.
 
Trelles explica que, lamentablemente, la gente no aprecia el cine como arte, sino que se considera como espectáculo. “El cine está tratado como entretenimiento y por eso la necesidad de crear salas especializadas”, afirma.

Por cierto, argumenta el profesor, los europeos tienen semejante cultura cinematográfica, además de por tradición, porque desde los años veinte cuentan con las salas de cine de arte y saben que hay dos vertientes: la grande y la chica. “Esta vertiente chica es, precisamente, para las películas de calidad”, puntualiza.
 
En cambio, plantea el profesor, aquí en Puerto Rico no existe una trayectoria sostenida de programas de cine como arte. Ahora bien, “Cinefiesta realiza, desde hace trece años, un esfuerzo loable y ojalá pudieran tener todas las semanas, aunque fuese en un pequeño espacio, un programa de cortos. Debería haber un seguimiento, un programa regular de pequeño formato, de lo que se muestra durante Cinefiesta”, sostiene.
 
Trelles expone que debería existir un programa subvencionado por el Instituto de Cultura o por el Municipio de San Juan, para inaugurar una pequeña sala donde únicamente se exhiban cortometrajes, y más aún teniendo la posibilidad de mostrar la cantidad de cortos, nacionales e internacionales, que recibe anualmente Cinefiesta. “Eso se hace en todas partes del mundo y es una necesidad, porque el corto es una escuela elemental para los cineasta”, reafirma.
      
Además, se debe fomentar el estudio y la práctica de la crítica en nuestras universidades. Trelles argumenta que las universidades locales han descuidado el estudio de la crítica. “Cuando yo enseñaba en Río Piedras, impartía un curso de tipo combinado; o sea, teoría e historia con práctica, y los estudiantes debían redactar una crítica semanal, en un tiempo señalado, para que desarrollaran la rapidez y la concisión que exige la crítica periodística”, recuerda.




Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015

Los festivales de cine

Luis Trelles Plazaola posee una vasta experiencia como miembro de jurados especiales en los más prestigiosos festivales internacionales de cine en Buenos Aires, Berlín, Roma, Cannes, Venecia y Montreal. A nivel local, ha sido miembro del Círculo de Críticos de Puerto Rico y miembro del jurado en los festivales San Juan Cinemafest y Festival Internacional de Cine de Puerto Rico.
  
Trelles comenta que su experiencia en los festivales cinematográficos ha sido muy diversa. Al respecto, el profesor explica que existen dos tipos de festivales; por un lado, los grandes, generales y universalmente conocidos, encabezados por Cannes, Venecia, San Sebastián, Berlín, Mar del Plata y Montreal; luego, están los festivales especializados.

Y argumenta: “En los festivales generales, la experiencia fue muy variada, desde la posibilidad de tener entrevistas exclusivas, hasta vivencias más de tipo global; pues, en estos festivales se ven más películas, uno ve grandes nombres del cine y también se tienen mayores dificultades, cuando uno es un desconocido de un país menor, para lograr el espacio que tienen los grandes críticos de las reconocidas publicaciones europeas y norteamericanas”.

Trelles continúa: “En el circuito de los pequeños festivales se tienen otras posibilidades; por ejemplo, en Huelva, hay menos películas y todas son del ámbito iberoamericano, las personalidades son más limitadas, pero mucho más cercanas a uno por el idioma y la cultura”.
 
Según el profesor, hay que contrastar los festivales generales con los especializados; pues, los generales permiten una amplia visión de todo lo notable y más reciente, en tanto, los especializados posibilitan un contacto más íntimo, directo e informal.


Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015

Vida y obra en el cine
           
Luis Trelles Plazaola tiene a su haber diez libros: El cine de Federico Fellini (1973), El cine visto en Puerto Rico. 1962-1973 (1975), Cine sudamericano. Diccionario de directores (1987), South American Cinema. A dictionary of filmmakers (1989), Cine y mujer en América Latina: Directoras de largometrajes de ficción (1991), Nostalgias y rebeldías. Cinco directoras latinoamericanas en Europa (1992), Desembarcos. Cinco directoras de América Latina en el cine europeo (1992), Imágenes cambiantes. Descubrimiento, conquista y colonización de la América Hispana vista por el cine de ficción y largometraje (1996), Divas (1997) y Ante el lente extranjero: Puerto Rico visto por cineastas de afuera (2000).
    
Sobre sus comienzos en el mundo del cine y la crítica cinematográfica, Trelles cuenta que, en su caso, la crítica es genética. Es decir, “yo nací en una familia amante del cine. Mis padres iban al cine todos los sábados y domingos. De hecho, ellos decían que por poco nazco en un cine, así que figúrate como fue la cosa”, comenta. Durante la niñez, su delirio eran las series de Flash Gordon y las películas del oeste. “De ahí nace ya una afición”, confiesa.
 
Luego, Trelles narra que estudió Derecho y trabajó en ese campo; pero, se unió al Centro Católico de Capacitación Cinematográfica que era, en la Cuba de los años cincuenta, un importante núcleo para el estudio del cine; así como, la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, donde participaron los cineastas Julio García Espinosa y Tomás Gutiérrez Alea. El Centro tenía revistas de cine, como Cine-Guía, donde empezó a publicar; pero, “eso fue en el año 1957 y vinieron tiempos calamitosos para mí, muy difíciles y tuve que salir del país”, plantea.

Por lo tanto, Trelles explica que donde se ha formado como crítico ha sido aquí en Puerto Rico, desde los años sesenta. Ya contaba con una trayectoria, pero el núcleo de su obra lo desarrolló aquí, desde que una revista católica (La Milagrosa) le permitió ejercer como crítico, hasta ahora, que practica la crítica para un periódico, también, católico (El Visitante).
   
En cuanto a su extensa producción crítica, los principales temas de investigación han sido la creación latinoamericana y femenina en el cine. Al respecto, Trelles explica: “Me interesaban esos dos campos por olvidados e injustamente marginados”. 

Por ejemplo, para escribir el libro Cine sudamericano. Diccionario de directores (1987) tuvo que demostrar que los grandes diccionarios existentes, como obras de referencia en lengua inglesa y francesa, apenas cubrían los directores latinoamericanos y repetían, una y otra vez, los mismos nombres: Emilio ʻEl Indioʼ Fernández, en México; Leopoldo Torre Nilsson, en Argentina y Glauber Rocha, en Brasil. Entonces, “ese fue el primer libro en español, publicado en Puerto Rico, que se concentraba en los realizadores de toda América Latina”, plantea.
 
El profesor Trelles amplía: “Las mujeres eran otras olvidadas, no habían mujeres, prácticamente, en ningún diccionario, solo unas pocas y ninguna hispanoamericana; entonces, por eso surge Cine y mujer en América Latina: Directoras de largometrajes de ficción (1991). Y luego, como sucede en las películas, ese libro tuvo una secuela, que es el caso de Nostalgias y rebeldías. Cinco directoras latinoamericanas en Europa (1992). Este texto surgió como consecuencia de aquel primer estudio y contó con dos ediciones”.

A lo largo de su extensa trayectoria, el doctor Luis Trelles Plazaola ha recibido múltiples honores; tales como: Premio Raúl Juliá, otorgado por el San Juan Cinemafest (2006); reconocimiento como egresado distinguido en cine de la UPR-RP, otorgado por la Asociación de Exalumnos de la Universidad de Puerto Rico; miembro del comité seleccionador de la película puertorriqueña sometida a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood para ser considerada como mejor película en lengua extranjera (2007); y nombramiento como Profesor Emérito por la UPR-RP (2009).

Para la ocasión, a modo de homenaje, Cinefiesta se une al esfuerzo por reconocer y hacerle justicia al desempeño magistral de Trelles Plazaola como profesor y crítico de cine.  
      
   

viernes, 30 de octubre de 2015

David Norris aboga por la sencillez en el cine

David Norris



Un autor que hace historia en Cinefiesta con su producción fílmica


David Norris es uno de los cineastas puertorriqueños más populares en Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico.

El joven guionista y director ha realizado varias películas que han sido Selección Oficial en consecutivas ediciones del Festival: No tire su televisor y Feliz aniversario (2006), Cositas que se olvidan (2010), Medio minuto (2012), Gente buena (2013) y La foto de papá (2015).
           
El cortometraje No tire su televisor cuenta la historia de un técnico que repara muchos televisores, pero tiene serias dificultades para arreglar el suyo. Este corto obtuvo el Premio Especial del Jurado en Cinefiesta 2006. Además, el mismo año, alcanzó el segundo lugar en el festival de la National Association of Latino Independent Producers (NALIP).
    
En tanto, Medio minuto narra el inesperado desenlace que sufre una pareja durante su aniversario de bodas número cincuenta y cuatro. Este corto recibió el Premio del Público en Cinefiesta 2012 y obtuvo otros importantes reconocimientos como: Guion Ganador en la convocatoria Micros 2011, de la Corporación de Cine de Puerto Rico; Premio del Público, Mejor Director y Mejor Cortometraje en el Festival Enfoque 2012; y Mejor Director en el Rincón Film Festival 2013.

Además, Medio minuto fue selección en La hora del corto, del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en el 2012; y Selección Oficial en San Diego Latino Film Festival, en el 2013.
                 
Por su parte, la película Gente buena fue galardonada como Mejor Cortometraje y Mejor Actor en la categoría nacional de Cinefiesta 2013. El protagonista de esta historia, Pito, recibe en su casa la visita de un hombre misterioso, que anda buscando gente buena. Este corto, también recibió tres premios en el Rincón Film Festival del 2014: Mejor Comedia, Mejor Actor y Selección del Público.
       
La producción más reciente de Norris, La foto de papá, forma parte de la Selección Oficial de la decimotercera edición de Cinefiesta, que se celebrará del 19 al 26 de julio del 2015, en el Conservatorio de Música de Puerto Rico.

La historia de La foto de papá cuenta, hasta la fecha, con dos reconocimientos: Mención de Honor en el concurso de guiones de Cinefiesta 2012 y el premio al Mejor Guion en el festival de cine Hecho en Europa 2015.

Según la sinopsis: “Margarita continúa enamorada de Mateo, su amor de juventud; quien desapareció de su vida cuando ambos tenían dieciocho años de edad. Después de cuarenta y cinco años, él regresa a casa de Margarita; pero, las cosas no salen exactamente como ella había soñado”.
                              
David Norris culminó sus estudios en la Universidad del Sagrado Corazón, en Puerto Rico, con un bachillerato en Comunicaciones Generales (1995-2001) y una maestría en Comunicación, con especialidad en Redacción para los Medios (2002-2012).



David Norris

La entrada al mundo de la cinematografía

En la Universidad del Sagrado Corazón, y rodeado de buenos amigos, comenzó el interés in crescendo de David Norris por el mundo del cine.

En 1997, Luis Molina Casanova estaba filmando la película Cuentos para despertar y uno de los amigos de David Norris le ofreció hacer un making of de la historia. Para entonces, Norris tenía un equipo de cámaras y un sistema de edición. Luis Molina aceptó y estuvieron todo el mes de producción grabando el proceso.





Norris comenta, “en ese trabajo, me fui enamorando del cine; pues, nos metimos de lleno en la producción. Estuvimos filmando, editando y todo fue un proceso creativo. Yo creo que esta fue mi entrada al mundo de la cinematografía”.

Algún tiempo atrás, Norris pensaba estudiar publicidad, pero durante los primeros dos años de universidad se sintió desmotivado; entonces, tomó una clase de guiones con el profesor Luis López Nieves y de esta forma descubrió que su pasión es escribir.
  
Al respecto, Norris argumenta: “El profesor López Nieves daba unos talleres de cuentos cortos y también me matriculé en ellos. Hicimos mucha amistad y ahí empecé a aprender el arte de contar historias”.

A partir de los talleres de cuentos, Norris encontró en el cortometraje una posibilidad más real de hacer cine, porque se escribían historias bien cortas y en aquel momento, confiesa el cineasta, “no era fácil hacer un corto, pues era costoso y la tecnología no estaba tan a la mano como hoy día”. Su sueño siempre fue traducir aquellas breves historias en pequeñas películas.
  
Mientras Norris cursaba la maestría en Sagrado, también ofrecían cursos de guiones. Además, la profesora Teresa Previdi invitaba a guionistas españoles y brindaba talleres adicionales. Así, señala el realizador, “uno tenía la posibilidad de ir tomando cursos pequeños con profesores que venían de afuera; y esa fue mi base, aparte de las clases de López Nieves”.




Tiempo después, cuando Norris trabajaba en su tesis de maestría, conoció al profesor Jorge González, quien escribió Maldeamores (2007); entonces, añade, “él fue mi director de tesis en Sagrado y me enseñó mucho”.



Fotograma Medio minuto (2012)


La sátira, la nostalgia y la sencillez en el cine
   
David Norris apuesta por un cine al estilo de Luis Buñuel y Jacobo Morales.

Por ejemplo, Norris recuerda que cuando vio la película Nicolás y los demás (1986) de Jacobo Morales, sintió que su cine debía ser parecido a ese y explica: “Esta historia es una bien simple, sobre un evento que ocurre en una noche y todo el peso de la película recae en sus personajes, que son muy ocurrentes y poderosos”.




Según Norris: “La obra de Jacobo Morales posee un tono satírico y un humor negro muy particulares. Así que, rápidamente, me identifiqué con este tipo de cine. Una de mis primeras influencias fue Jacobo; luego, aprendí que Woody Allen hacía un cine algo similar. Luis Buñuel también fue una importante influencia por la simbología de sus historias”.
 
Sobre sus comienzos en la producción cinematográfica, David Norris cuenta que, inicialmente, se enfocó en escribir guiones y pospuso el tema de la producción; hasta que tuvo la oportunidad de comenzar a producir sus cortos, porque en la empresa familiar donde trabaja tenían equipos para realizar los comerciales.
  
Norris argumenta: “Intenté hacer un primer cortometraje entre los años 2001 y 2002; pero, fue una mala experiencia, porque comprendí lo difícil que era lograr que la visión de uno se viera como una película y no como algo criollo, barato, malo y me quité de hacer cine. Sin embargo, en el 2006, desempolvé las cámaras y escribí la historia de No tire su televisor. Esta fue una experiencia bien diferente a la primera”.




Y explica: “El cortometraje No tire su televisor me hizo ver que yo podía seguir experimentando en el cine. Precisamente, esas primeras películas fueron puro experimento, para descubrir cómo iluminar, cómo hacer una historia y cómo hacerlo todo sin dinero. Desde esta perspectiva, esas películas funcionaron”.

De hecho, Norris comenta que luego de haber realizado los otros cortometrajes, todavía se encuentra con muchas personas que lo reconocen por aquel No tire su televisor; además, recuerda que cuando ese corto salió tuvo la cobertura de diferentes medios, como El Nuevo Día y Primera Hora. En particular, “este cortometraje contó con una recepción muy buena”, señala.
 
A propósito de los recursos humanos, técnicos y económicos que son necesarios para hacer cine, David Norris ha contado con el apoyo de la empresa familiar donde trabaja; pues, dentro de la misma, han logrado acumular una serie de equipos para producir sus comerciales. Este fue el primer recurso de Norris para filmar los cortos.

Sus primeras películas, a excepción de Medio minuto y La foto de papá, fueron producidas con dos o tres amistades y unos recursos bien limitados. Económicamente, “estamos hablando de que una película no vale más de 300 o 400 dólares”, comenta Norris. Los recursos principales fueron sus amigos y los actores, “que son el factor más importante”, añade.
   
Sobre la producción de Medio minuto, su director argumenta: “La Corporación de Cine de Puerto Rico, a través de su convocatoria Micros, ofrecía $10,000 para cinco historias de amor que resultaran ganadoras. Mi proyecto ganó y recibí ese dinero; además, logré conseguir como $7,000 por gestiones personales. Adicionalmente, ya las personas conocían mi trabajo y me ayudaban sin pensarlo e incluso, pude contar con profesionales que estuvieron dispuestos a darme la mano sin cobrar. De esta forma, la mayor parte del dinero se empleó en cosas técnicas”.
 
En tanto, el cortometraje La foto de papá se produjo gracias a una convocatoria que anunció la Alianza Francesa de Puerto Rico para los cineastas jóvenes. Norris explica: “Esta convocatoria no implicaba dinero; pero, ellos proveían los recursos técnicos profesionales, como las cámaras que PJ donaba, las luces y los seguros para darle una buena estética a la obra”.
   
El realizador continúa: “La foto de papá es una historia que escribí hace algunos años. De modo que, ya tenía el guion y lo atemperé para el certamen de la Alianza. Usualmente, la Alianza Francesa da un pie forzado para las historias y en esta ocasión era ʻel otroʼ. En mi proyecto, ʻel otroʼ viene a ser ese otro hijo del individuo que regresa.
   
En cuanto a la dirección de actores, David Norris comenta que realizó sus primeros trabajos ˗ No tire su televisor, Feliz aniversario y Cositas que se olvidan ˗ con actores no profesionales, que eran compañeros de trabajo y amigos. Entonces, la dirección de actores consistió en decirles, literalmente, cómo debían actuar y bregar con mi intuición. Los talentos aportaron mucho; pero, en estos cortos, las instrucciones fueron bastante precisas”, explica.




Luego, continúa Norris, “cuando uno empieza a trabajar con actores profesionales, las indicaciones cambian; pues, se les presenta el subtexto del guion y ellos adaptan cada línea desde su perspectiva, con libertad, para construir los personajes. La misión del director es transmitirles todo lo posible, darles las características de esos personajes para que ellos los desarrollen”.
 
David Norris le otorga un valor muy especial a la caracterización de personajes y a la dirección de arte. De hecho, antes de comenzar en el cine, se dedicaba a pintar. Finalmente, no continuó la carrera de pintura; pero, en su trabajo profesional, se desempeña como artista gráfico y, así mismo, le confiere una gran importancia al aspecto del arte en sus cortometrajes.



Fotograma Gente buena (2013)

Norris argumenta: “En mis películas, he podido trabajar la dirección artística. Por ejemplo, en Gente buena, diseñé toda la escenografía, el empapelado, los muebles, la pintura, las fotografías, el arte y las animaciones de la lata de cerveza. Este es un trabajo que yo hago en mi oficina desde hace años. Por lo general, me gusta crear atmósferas inusuales”.
 
En el caso de Gente buena, el artista revela que este corto lo filmaron en un día, con un presupuesto de $1,500; pero antes, él estuvo como dos mes, durante su tiempo libre, imprimiendo el empapelado, pintando y montando las paredes, las puertas y los gabinetes. Norris explica que este fue un proceso bastante artesanal y que, finalmente, montaron toda la escenografía en un pequeño estudio de la misma oficina donde trabajaban.
           
Otro elemento que distingue la obra de Norris es su interés por el cine de tipo nostálgico. El director explica: “Aunque me gustan mucho las historias irónicas, de humor negro, entiendo que el público puertorriqueño es más demandante de las tramas nostálgicas. Por ello, escribí Medio minuto, para ganar la convocatoria Micros y la pegué. En el proceso, surgieron también otras historias que nunca sometí, como La foto de papá, y todas tenían que ver con la nostalgia”.




Aunque, comenta Norris, “es cierto que, incluso en los trabajos anteriores, siempre hay una cuestión con la nostalgia y con el recuerdo. No se la razón, yo pienso que es una cuestión estética, quizás porque fotografía bien. También, tengo obsesión en mis historias por la repetición; esto es propio de mi personalidad, soy repetitivo en cuanto al empleo de objetos y a la hora de escribir. De hecho, este recurso se ha convertido en una marca de mi obra”.

David Norris identifica una característica distintiva, por excelencia, de su producción cinematográfica: “Yo creo que la sencillez. Para mí, lo más importante es el personaje y lo que ocurre con él. Y obviamente, como uno no tiene un presupuesto elevado, siempre he tratado de escribir guiones que sean filmables; o sea, que yo tenga los recursos para construir una historia entretenida y que, por lo general, alcance tonos irónicos”.



David Norris y su Palma Nevada en Cinefiesta 2013


Gente buena

La película Gente buena (2013) fue reconocida como el Mejor Cortometraje en la undécima edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico.

Sobre el origen de este corto, David Norris cuenta que, como el protagonista, él también se ha sentido manipulado por la publicidad. En parte, “yo soy ese personaje que se deja convencer por un anuncio para tomarse una cerveza”, confiesa. Además, “cuando niño, conocí a un sujeto muy irreverente, que hablaba del único modo que sabía hacerlo y enfrente de cualquiera”, explica. Ese individuo también fue una inspiración para el surgimiento de Pito.
 
Como parte del proceso de producción, Norris sabía que no podía utilizar una lata de cerveza de las marcas existentes, así que se inventaron otra. “Yo propuse que fuera Isla Nevada Light; pero, uno de los muchachos del equipo sugirió hacer una Palma Nevada y así quedó”, explica. Norris diseñó la lata y pintaron unas cuatro cajas de refrescos para la filmación.
   
En cuanto a la creación del eslogan ʻTú sabes lo que quieres, siempre quieres otraʼ, Norris señala que se inspira en un anuncio de la cerveza Schaefer que promovía ʻNo puedes beber solo unaʼ; lo cual, le pareció bien irresponsable y atrevido por parte de esta compañía.




Además, Norris argumenta: “Nuestro eslogan tiene mucho que ver con la historia. Le estoy diciendo al personaje, todo el tiempo, ʻtú sabes lo que quieresʼ; pero, justamente, este sujeto no sabe lo que quiere. O sea, es la publicidad quien piensa por él y le indica que ʻsiempre quieres otraʼ. De esta forma, en la película se expone y cuestiona el impacto mediático”.




Tanto en Gente buena, como en sus cortos anteriores No tire su televisor y Cositas que se olvidan, Norris utiliza el elemento del televisor de manera recurrente. A propósito, el cineasta cuenta que cuando estudiaba en la Universidad del Sagrado Corazón, había en la biblioteca un VHS de México, que tenía una colección como de 40 cortometrajes, de manera que veían esos cortos una y otra vez.
 
Norris explica que, en particular, una de aquellas historias le impresionó mucho, porque todas las acciones estaban relacionadas con un objeto (la radio). Lo cual, fue motivo de inspiración para el corto No tire su televisor, que se convirtió en su primer experimento cinematográfico; entonces, el televisor funcionó como ese objeto lúdico y necesario para desarrollar una historia.
              
Luego, argumenta Norris, “como yo tengo una personalidad un tanto obsesiva, cuando estoy en ese proceso creativo recurro a los mismos objetos para hacer nuevas historias. Y así fue que empezó Gente buena, con el televisor. De hecho, el personaje de Cositas que se olvidan también es un sujeto obsesivo y manifiesta uno de sus tics nerviosos utilizando el televisor como soporte”.




A través del cine, Norris explora el tema del olvido y cuestiona la inacción, tanto individual como nacional. El realizador explica: “Por ejemplo, Cositas que se olvidan es también una historia sobre la necesidad de no olvidar. Lamentablemente, en estos tiempos, el alzheimer es una de las enfermedades más recurrentes; pero, resulta aún peor, que muchos la padecemos sin tenerla. Y Gente buena es, a su vez, un ejercicio de introspección; pues, yo me cuestiono muchas veces qué es lo que estoy haciendo por mi familia, por la sociedad. Tenemos las herramientas para hacer mucho y solo aspiramos a una cerveza”.




La foto de papá

La película La foto de papá (2015) es la más reciente producción de David Norris y forma parte de la Selección Oficial en la decimotercera edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico.



Fotograma La foto de papá (2015)

Al respecto, Norris comenta que se inspiró en un suceso familiar, relacionado con su padre, para construir este guion cinematográfico, que gira en torno a la importancia de la foto. De hecho, cuando empezó en la Universidad del Sagrado Corazón, lo primero que estudió fue fotografía. Además, su padre fue un fotógrafo amateur; así que, siempre ha estado relacionado con esta disciplina.
 
Norris argumenta: “La fotografía y la imagen, como tal, tienen un poder muy grande sobre los seres humanos. De alguna manera, en mis películas, siempre intento evocar el pasado y utilizar la fotografía como recurso. Definitivamente, el poder de la nostalgia es algo mágico y a mí me gusta mucho trabajar este tema”.



Cinefiesta 2013

Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico

El cineasta David Norris es uno de los talentos puertorriqueños con mayor participación en Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico. Hasta la fecha, se suman un total de seis producciones cinematográficas, como guionista y director.
 
David cuenta que conoció a Luis J. Cruz antes de que surgiera Cinefiesta, porque coincidieron en uno de los talleres organizados por la profesora Teresa Previdi. En una ocasión, Luis le prestó una película y así comenzaron la amistad. Luego de eso, David supo que Luis traía cortos de un festival de España (La Boca del Lobo) y empezó a participar en estas actividades.
 
Después, cuando Luis organizó Cinefiesta, Norris trató de participar en esa misma edición y sometió una película que no fue aceptada. Luego de eso, se desvinculó por un tiempo, hasta que regresó con No tire su televisor.
  
David Norris comenta: “Cinefiesta, como lo dice su nombre, es una fiesta del cine, que siempre ha sido excelente para conectarme con el mundo cinematográfico, ver películas del extranjero y estar con mis panas. Antes de Cinefiesta, hablábamos de hacer cortos; pero, siempre terminábamos cuestionándonos para dónde los íbamos a enviar, con qué dinero lo íbamos a hacer y Cinefiesta ha sido ese portal local necesario para exponer nuestras películas. En ese sentido, yo creo que es como el motor para continuar haciendo cine”.

Según Norris: “Cinefiesta es la mejor forma de uno darse a conocer. Yo he participado muchas veces, y eso me ha dado la oportunidad de conocer mucha gente y de que mucha gente conozca mi trabajo. Tengo muchas amistades que han surgido a través de Cinefiesta. Dentro de este espacio uno va haciendo, también, una serie de admiradores y seguidores”.

Ante cada nueva edición, Cinefiesta supone un mayor reto para los cineastas locales. Según Norris: “Ahora, el reto es tratar de hacer mejores películas, porque uno no quiere quedarse afuera. En el 2006, no había tanta competencia; pero, en este momento, hay demasiada. Además, uno siempre quiere ganar; para eso, hay que hacer lo mejor posible, con historias más creativas y diferentes”.

Con relación a la calidad de los cortometrajes nacionales presentados en Cinefiesta, Norris comenta que la muestra nacional ha ido mejorando mucho en términos de la calidad estética, pero que todavía hay cosas por perfeccionar, en especial los guiones.
  
Para Norris, este ha sido el resultado también de la tecnología, que ha ido mejorando y se ha ido abaratando; pero, también ha sido el resultado de la proliferación de escuelas técnicas, que están educando a más muchachos y muchachas, quienes salen hechos unos expertos en el manejo de la cámara.

Ahora bien, “eso mismo es lo que debería suceder con el tema del guion; pero, como quiera, uno ve que hay un grupo de cineastas que siempre hacen un trabajo excelente en todos los aspectos; por ejemplo, Álvaro Aponte Centeno y Michelle Malley Campos”, señala.
  
Norris recomienda a los cineastas locales emergentes que “hay que producir todo el tiempo y seguir sometiendo a Cinefiesta. El primer trabajo que envié al Festival no fue seleccionado; pero luego, he logrado participar muchas otras veces, con muy buenos resultados”.



Gente buena en Cinefiesta 2013

Para ello, continúa el director, “yo he tenido que trabajar bastante; pues, las historias se tienen que pulir. Los guiones que he escrito no los he filmado de la primera; e incluso, han pasado por las manos de otros escritores. Por ejemplo, Gente buena fue el resultado de muchos meses de trabajo; en tanto, Medio minuto tardó cuatro meses, aunque filmamos en dos días”.

Sobre el impacto del Festival en la producción cinematográfica puertorriqueña, Norris explica que Cinefiesta fue el precursor de los festivales de cortometrajes en Puerto Rico; así que el impacto ha sido bien grande. “Una vez comenzó Cinefiesta, empezamos nosotros, los jóvenes de aquel momento, a competir por sacar cortometrajes; según Cinefiesta va creciendo, nosotros vamos madurando como cineastas”, argumenta.

De hecho, puntualiza Norris, “además de mi generación, que ha ido creciendo con Cinefiesta, se van sumando realizadores aún más noveles. Ellos tienen hoy, gracias a Cinefiesta, un espacio para el cine acá, sin necesidad de someter en festivales del extranjero. Nosotros tenemos aquí mismo, en nuestra casa, un festival de mucha credibilidad para enviar nuestros trabajos. Definitivamente, eso ha sido de gran ayuda”.
 
En cuanto a sus próximas producciones, Norris comenta que tiene dos proyectos de largometrajes. Uno de ellos está en proceso de desarrollo y espera que estrene para dentro de un año, aproximadamente.
 
David Norris se encuentra entre los cineastas más prometedores y maduros del cine local.