Cinefiesta realiza homenaje al crítico Luis Trelles Plazaola
Luis
Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015
La crítica de cine y el cortometraje en palabras de
Trelles
La decimotercera edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto
Rico, estuvo dedicada al doctor Luis Trelles Plazaola, como reconocimiento de
sus aportaciones en el ámbito cinematográfico, local e internacional; a partir
del desempeño constante de la crítica, la historiografía y la docencia.
Cinefiesta 2015 se
celebró en el Teatro Guillermo y Bertita Martínez del Conservatorio de Música de Puerto Rico, desde el 19 hasta el 26 de
julio. Como cada año, el Festival incluye un calendario de Actividades
Paralelas que complementan y enriquecen la muestra de Selecciones Oficiales,
para beneficio del creciente público cinéfilo.
En el marco de las Actividades Paralelas, Cinefiesta
contó con un conversatorio a cargo del doctor Trelles Plazaola, quien fue
entrevistado por dos panelistas y miembros de la Junta de Directores de
Cinefiesta Inc.: Alfredo Nieves Moreno y Ana María Socarrás Piñón.
El panel tuvo por título: El cortometraje: Género cinematográfico y punto de partida y se
efectuó en la Sala Anthony “Junior” Soto del Conservatorio de Música, el
miércoles 22 de julio a las 10:00 am. Además del cortometraje, como tema
principal, el doctor Trelles abordó otros aspectos del cine, desde su vasta
experiencia; tales como, la crítica cinematográfica, los festivales de cine y
las principales directrices de sus investigaciones publicadas en Puerto Rico.
Según sus datos biográficos, Luis Trelles Plazaola nació en La Habana, Cuba, y reside en Puerto Rico desde 1961. Es
doctor en Leyes y licenciado en Derecho Diplomático y Consular por la
Universidad de La Habana. Completó un doctorado en Estudios Hispánicos de la
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), y posee maestrías
en Cine, Radio y Televisión de la Universidad de Columbia (Nueva York) y en
Ciencias Bibliotecarias del Pratt Institute (Nueva York).
En cuanto a su
labor como docente, entre los años 1976 y 1994 se desempeñó como
catedrático auxiliar y, posteriormente, catedrático de la Escuela de Comunicación Pública de la UPR-RP, donde también fue
director interino (1977-78) y coordinador de estudios graduados (1983-84).
Durante sus años como profesor universitario, creó múltiples cursos sobre
distintos aspectos relacionados al cine mundial en la UPR-RP y coordinó ciclos
de cine, tanto en esta institución, como en la Universidad del Sagrado Corazón
y la Universidad Interamericana.
Como crítico
de cine, el doctor Trelles Plazaola publicó para los periódicos El Nuevo Día (1970-78 y 1987 al 2008), The San Juan Star (1978-85) y Diálogo (1991-94). Al momento, y desde
1983, cumple esta función para el semanario El
Visitante. Además, ha publicado en revistas especializadas de Puerto Rico y
sus escritos han aparecido en revistas de La Habana, Caracas y París. Así
mismo, ha ejercido la crítica cinematográfica para la radio y la
televisión.
A propósito del conversatorio en Cinefiesta, Trelles comparte sus
apreciaciones sobre el cortometraje, explora temas relativos a la crítica de
cine en el contexto puertorriqueño, contrasta sus vivencias en los distintos
festivales cinematográficos y regresa, por momentos, a La Habana.
Luis
Trelles Plazaola y Alfredo Nieves Moreno en Cinefiesta 2015
El
cortometraje: Un punto de partida
El cortometraje, como género cinematográfico, tiene una
gran importancia en la historia del cine. Al respecto, el doctor Trelles expone
las tres principales razones que han hecho del corto un género fundamental para
la industria fílmica desde sus orígenes.
Según Trelles, en primer lugar, el cine de ficción, que es el que generalmente vemos y conocemos, nació en términos de duración como
cortometraje. Las películas de Georges Mélies y de Edwin S. Porter eran
eso, peliculitas de ocho o diez minutos de duración que contaban ya una
historia y que fueron la matriz de dos géneros fundamentales: el de ciencia
ficción, en el caso del francés; y el del oeste, en el caso del escocés
radicado en Estados Unidos.
En segundo lugar, continúa Trelles, el corto es una escuela para todo el que va a hacer cine, porque le
obliga a tener precisión, concisión y a depender de las imágenes; pues, el cine es fundamentalmente imágenes.
En el cine, de lo único que no se puede prescindir es de la imagen; y el corto
se presta, admirablemente, para que la imagen sea la que lleve la voz
cantante.
Al decir de Trelles, una tercera razón viene a ser que los grandes cineastas siempre han hecho
cortos; por ejemplo, la directora francesa Agnes Varda, la famosa Vera
Chytilová y los grandes de la Nueva ola,
como Jean-Luc Godard y François Truffaut. En fin, hay toda una lista de grandes
directores que se iniciaron con la realización de cortometrajes.
De manera que, añade el doctor Trelles, “este esfuerzo
que hace, año tras año, Cinefiesta con Luis J. Cruz y su
equipo tan dedicado, es más que meritorio; porque nos está enseñando,
posiblemente, lo que va a ser el germen de grandes cineastas en el futuro”.
Los cineastas
emergentes suelen debatirse entre el cortometraje y el largometraje
a la hora de plantearse la realización de su primer proyecto cinematográfico.
Al respecto, Trelles
les recomienda que empiecen por el corto, en primera instancia, debido al
factor económico; pero, además, porque el cortometraje es una escuela que
enseña lo fundamental que es la concisión para el cine, la primacía de la
imagen, y el valor de una trama que requiera de intérpretes, evitando la
dependencia a los efectos especiales u otros elementos que solo distraen al
espectador. Así que, “yo recomendaría el corto por razones económicas y de
aprendizaje. Se aprende empezando por lo poco y luego se llega a lo grande”,
sostiene.
Especialmente, Trelles recomienda “mucho tesón y
paciencia”; pues, explica que el camino del cine es muy difícil en toda América
Latina. Sin embargo, hoy día, el cine está al alcance por infinidad de medios;
así que, puntualiza, “hay que ver mucho cine y hay que conocer realmente lo que
se ha hecho antes”, para no pecar de ignorantes. Es necesario que el cineasta,
como todo creador, tenga una amplia y diversificada cultura sobre su
especialidad. Además, sugiere leer mucho sobre cine. “Leer y mantenerse al día
también es una escuela”, afirma.
Ana
María Socarrás y Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015
La crítica de cine
Luis Trelles Plazaola es la figura más representativa de
la crítica de cine en Puerto Rico, con una trayectoria de excelencia en los
medios locales e internacionales. Durante cincuenta años, se ha dedicado a
fomentar la educación cinematográfica, desde todas las tribunas posibles: la
academia, la literatura, la prensa, la radio y la televisión. El cine ha sido
su vida y obra.
Sobre el tema de la crítica cinematográfica, Trelles
Plazaola comparte su definición: “La
crítica es un ejercicio, un esfuerzo sostenido, por alguien que conoce del
medio, para iluminar una película”.
Trelles explica que se debe distinguir entre los tipos de
crítica. Primeramente, existe la crítica
momentánea, la de periódicos, radio y televisión, que se hace al calor de
los estrenos que se producen cada semana y que, por necesidad, tiene que ser
una primera impresión.
Es decir, argumenta el profesor, lo que se hace en prensa diaria, televisiva y radial
viene a ser tanto crítica como reseña; y reseñar es volver sobre el material.
En este tipo de crítica, quien reseña debe referirse a la trama, porque es lo
que mueve a la gente a ir al cine; debe ubicar la película en un género
cinematográfico, lo cual determina el estilo del filme; y debe mencionar a los
protagonistas, pues en el cine comercial domina la estrella.
Además, puntualiza Trelles: “Si se sigue, como he seguido
yo durante años, la teoría del autor,
el crítico deberá referirse al director de la película. En una ocasión leí, no
me pregunten donde, que un gran director repite cien veces el mismo tema, con
variantes, pero es así; tal es el caso de Federico Fellini, Michelangelo
Antonionie
Ingmar Bergman, por citar solo algunos”.
Trelles añade que la crítica puede ser iluminadora,
también, de una posición ideológica;
pues el crítico, antes que crítico, es persona. Así que, los críticos pueden
tener una visión condicionada por su ideología y, entonces, la relativa
objetividad se pone en riesgo.
Sobre la importancia y pertinencia social de la crítica cinematográfica, Trelles argumenta
que la crítica es fundamental, porque al cine van multitudes de personas, un
conglomerado enorme de cualquier población; de manera que, realmente, existe
una apertura hacia un cúmulo social grande. Además, porque las películas
encierran ideas.
A propósito, el doctor Trelles comenta: “Yo siempre decía
en las clases que un director de cine es
como un perforador de calle. El primer nivel es el asfalto, el argumento.
La mayoría de la gente se queda en ese primer nivel. Entonces, la perforadora
pasa del asfalto a un nivel intermedio, que sería el tema; pues, las películas
cuentan un argumento, pero este puede ser un puente para un tema de mayor
interés. Finalmente, existe un nivel al cual la perforadora tarda en penetrar y
el asistente al cine también tarde en penetrar, que es el nivel estético”.
Con relación a la profundidad del nivel estético, Trelles
explica que una película puede ser un gozo nada más que por ver sus imágenes,
por apreciar la manera como se contrasta, como se usa la edición y como se
emplea la música. Por ejemplo, “el solo recurso del encuadre, transmite una
determinada idea al espectador. De manera que, podemos ver una película olvidándonos
del argumento y fijándonos solo en la estética, en como se han manejado los
recursos del cine”, argumenta.
La crítica de cine, en tanto interpretación, también
puede alcanzar y explorar esta profundidad temática y estética de manera
creativa. Al respecto, Trelles explica que la crítica cinematográfica tiene dos
vertientes.
“Lamentablemente, aquella crítica de primera instancia,
la de diario, radio y televisión, tiene mucho de descriptiva; pues, es lo que
la gente quiere. Entonces, si uno desarrolla una crítica a fondo, de tipo estilística o temática, no
descriptiva, la gente la rechaza”, sostiene.
Ahora bien, según Trelles existe otra vertiente, que es la crítica académica, la cual se
realiza para revistas especializadas. Por lo tanto, “el crítico tiene que
adecuarse a la publicación para la que escribe, y en dependencia de los medios,
tiene que redactar a diferentes niveles de profundidad”, explica.
El doctor Trelles analiza el estado actual de la
crítica académica y expone que esta
variante de la crítica se encuentra muy limitada, porque el cine ha
cambiado mucho. “Hoy día, en Puerto Rico, existe una gran limitación de las
películas que se pueden reseñar, porque lo único que hay es lo que está en los
cines de estreno, en salas comerciales o en televisión”, afirma.
Sin embargo, la
década del sesenta se mostró más favorable para el desempeño de la crítica de cine en Puerto Rico.
Según Trelles, en la época de los años sesenta, que fue cuando comenzó a
ejercer, el crítico tenía mayores posibilidades; pues, estaba la siempre
existente opción de lo comercial, pero también contaba con la riqueza de los
programas especiales de cine.
Trelles enumera algunos de estos programas, como la
serie de cine de la Universidad de Puerto Rico; el cine de la Alianza Francesa;
lo que se mostraba en el Instituto de Cultura, que tenía dos series de cine,
una de cines nacionales, donde se vio cine búlgaro y rumano, y un ciclo
especial de grandes directores, que también era necesario para alejar a la
gente del concepto de que lo fundamental en el cine son las estrellas, cuando
sólo es así en términos económicos.
Inclusive, el profesor comenta que hubo un importante
esfuerzo por parte del sector privado; tal es el caso de María de Lourdes Silva González, quien tuvo su propio cine club en Miramar,
que inauguró con la película Que la fête commence (Bertrand
Tavernier, 1975).
Trelles puntualiza que el crítico, hoy día, tiene
diversas opciones de publicación, como el
blog; pero, por el contrario, tiene una opción muy limitada en cuanto al
tipo de película que puede reseñar, según lo que está a su disposición.
Precisamente, sobre esta variante más contemporánea
de los llamados críticos blogueros,
Trelles opina: “Creo que, en efecto, es una apertura, una manera de ampliar el
campo crítico; aún está insipiente, en el sentido de que no tiene la misma
trayectoria de la crítica impresa o televisiva, pero está evolucionando. Los
blogs ofrecen otras oportunidades y se prestan a una nueva manera de hacer
crítica”.
Con relación al cine
puertorriqueño, Trelles comenta que hoy día la crítica atiende mucho más a
la producción local. “El cine puertorriqueño ya tiene sus grandes figuras,
empezando por Jacobo Morales, quien
es realmente un autor con una temática consistente. De hecho, en el cine de Marcos Zurinaga, resulta interesante la
presencia de un personaje, que se convierte en héroe para otros; por ejemplo,
en la película sobre La desaparición de
García Lorca (1997), en Tango Bar
(1987) y en La gran fiesta (1986),
con la presencia de la mujer, como figura retadora en todos los campos”,
argumenta.
Sobre el panorama cinematográfico local, más
contemporáneo, Trelles añade que el director de Broche de Oro (Raúl Marchand Sánchez, 2012) es un realizador que
promete en términos de fluidez de la narración y el manejo de la edición para
construir su película. También, alude a la cineasta Sonia Fritz por su
trayectoria sostenida en el documental, sobre los diversos problemas
sociológicos del ámbito nacional.
Por otra parte, para despertar localmente el interés
por el maravilloso mundo del cine, Trelles propone: “Lo que habría que hacer,
en primer lugar, es ofrecer más
educación cinematográfica, cursos, semanas del cine. Es decir, promover más
muestras especiales de cine, que sean consistentes y de cines nacionales
diferentes, de directores distintos y poco a poco, porque fomentar esa cultura
toma tiempo y mucho esfuerzo”.
Trelles explica que, lamentablemente, la gente no aprecia el cine como arte,
sino que se considera como espectáculo. “El cine está tratado como
entretenimiento y por eso la necesidad de crear salas especializadas”, afirma.
Por cierto, argumenta el profesor, los europeos tienen semejante cultura
cinematográfica, además de por tradición, porque desde los años veinte cuentan
con las salas de cine de arte y saben que hay dos vertientes: la grande y la
chica. “Esta vertiente chica es, precisamente, para las películas de calidad”,
puntualiza.
En cambio, plantea el profesor, aquí en Puerto Rico no existe una trayectoria
sostenida de programas de cine como arte. Ahora bien, “Cinefiesta realiza, desde hace trece años, un esfuerzo loable y
ojalá pudieran tener todas las semanas, aunque fuese en un pequeño espacio, un
programa de cortos. Debería haber un seguimiento, un programa regular de
pequeño formato, de lo que se muestra durante Cinefiesta”, sostiene.
Trelles expone que debería existir un programa subvencionado por el Instituto de Cultura o
por el Municipio de San Juan, para inaugurar una pequeña sala donde
únicamente se exhiban cortometrajes, y más aún teniendo la posibilidad de
mostrar la cantidad de cortos, nacionales e internacionales, que recibe
anualmente Cinefiesta. “Eso se hace
en todas partes del mundo y es una necesidad, porque el corto es una escuela
elemental para los cineasta”, reafirma.
Además, se
debe fomentar el estudio y la práctica de la crítica en nuestras universidades.
Trelles argumenta que las universidades locales han descuidado el estudio de la
crítica. “Cuando yo enseñaba en Río Piedras, impartía un curso de tipo
combinado; o sea, teoría e historia con práctica, y los estudiantes debían
redactar una crítica semanal, en un tiempo señalado, para que desarrollaran la
rapidez y la concisión que exige la crítica periodística”, recuerda.
Luis
Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015
Los
festivales de cine
Luis Trelles Plazaola posee una vasta experiencia
como miembro de jurados especiales en los más prestigiosos festivales
internacionales de cine en Buenos Aires, Berlín, Roma, Cannes, Venecia y
Montreal. A nivel local, ha sido miembro del Círculo de Críticos de Puerto Rico
y miembro del jurado en los festivales San Juan Cinemafest y Festival Internacional
de Cine de Puerto Rico.
Trelles comenta que su experiencia en los festivales
cinematográficos ha sido muy diversa. Al respecto, el profesor explica que existen dos tipos de festivales; por un
lado, los grandes, generales y universalmente conocidos, encabezados por
Cannes, Venecia, San Sebastián, Berlín, Mar del Plata y Montreal; luego, están
los festivales especializados.
Y argumenta: “En los festivales generales, la experiencia fue muy variada, desde la
posibilidad de tener entrevistas exclusivas, hasta vivencias más de tipo
global; pues, en estos festivales se ven más películas, uno ve grandes nombres
del cine y también se tienen mayores dificultades, cuando uno es un desconocido
de un país menor, para lograr el espacio que tienen los grandes críticos de las
reconocidas publicaciones europeas y norteamericanas”.
Trelles continúa: “En el circuito de los pequeños festivales se tienen otras
posibilidades; por ejemplo, en Huelva, hay menos películas y todas son del
ámbito iberoamericano, las personalidades son más limitadas, pero mucho más
cercanas a uno por el idioma y la cultura”.
Según el profesor, hay que contrastar los festivales
generales con los especializados; pues, los generales permiten una amplia
visión de todo lo notable y más reciente, en tanto, los especializados
posibilitan un contacto más íntimo, directo e informal.
Luis
Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015
Vida y obra
en el cine
Luis Trelles Plazaola tiene a su haber diez libros: El cine de Federico Fellini (1973), El cine visto en Puerto Rico. 1962-1973
(1975), Cine sudamericano. Diccionario de
directores (1987), South American
Cinema. A dictionary of filmmakers (1989), Cine y mujer en América Latina: Directoras de largometrajes de ficción
(1991), Nostalgias y rebeldías. Cinco
directoras latinoamericanas en Europa (1992), Desembarcos. Cinco directoras de América Latina en el cine europeo (1992),
Imágenes cambiantes. Descubrimiento,
conquista y colonización de la América Hispana vista por el cine de ficción y
largometraje (1996), Divas (1997)
y Ante el lente extranjero: Puerto Rico
visto por cineastas de afuera (2000).
Sobre sus
comienzos en el mundo del cine y la crítica cinematográfica, Trelles cuenta
que, en su caso, la crítica es genética. Es decir, “yo nací en una familia
amante del cine. Mis padres iban al cine todos los sábados y domingos. De
hecho, ellos decían que por poco nazco en un cine, así que figúrate como fue la
cosa”, comenta. Durante la niñez, su delirio eran las series de Flash Gordon y
las películas del oeste. “De ahí nace ya una afición”, confiesa.
Luego, Trelles narra que estudió Derecho y trabajó
en ese campo; pero, se unió al Centro Católico de Capacitación Cinematográfica
que era, en la Cuba de los años
cincuenta, un importante núcleo para el estudio del cine; así como, la
Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, donde participaron los cineastas Julio García
Espinosa y Tomás Gutiérrez Alea. El Centro tenía revistas de cine, como Cine-Guía, donde empezó a publicar;
pero, “eso fue en el año 1957 y vinieron tiempos calamitosos para mí, muy
difíciles y tuve que salir del país”, plantea.
Por lo tanto, Trelles explica que donde se ha
formado como crítico ha sido aquí en Puerto
Rico, desde los años sesenta. Ya contaba con una trayectoria, pero el
núcleo de su obra lo desarrolló aquí, desde que una revista católica (La Milagrosa) le permitió ejercer como
crítico, hasta ahora, que practica la crítica para un periódico, también,
católico (El Visitante).
En cuanto a su extensa producción crítica, los
principales temas de investigación han sido la creación latinoamericana y femenina en el cine. Al respecto,
Trelles explica: “Me interesaban esos dos campos por olvidados e injustamente
marginados”.
Por ejemplo, para escribir el libro Cine sudamericano. Diccionario de directores (1987) tuvo que demostrar
que los grandes diccionarios existentes, como obras de referencia en lengua
inglesa y francesa, apenas cubrían los directores latinoamericanos y repetían,
una y otra vez, los mismos nombres: Emilio ʻEl Indioʼ Fernández, en México; Leopoldo
Torre Nilsson, en Argentina y Glauber Rocha, en Brasil. Entonces, “ese fue el
primer libro en español, publicado en Puerto Rico, que se concentraba en los
realizadores de toda América Latina”, plantea.
El profesor Trelles amplía: “Las mujeres eran otras olvidadas, no habían mujeres, prácticamente,
en ningún diccionario, solo unas pocas y ninguna hispanoamericana; entonces,
por eso surge Cine y mujer
en América Latina: Directoras de largometrajes de ficción (1991). Y
luego, como sucede en las películas, ese libro tuvo una secuela, que es el caso
de Nostalgias y rebeldías. Cinco
directoras latinoamericanas en Europa (1992). Este texto surgió como
consecuencia de aquel primer estudio y contó con dos ediciones”.
A lo largo de su extensa trayectoria, el doctor Luis
Trelles Plazaola ha recibido múltiples
honores; tales como: Premio Raúl Juliá, otorgado por el San Juan Cinemafest
(2006); reconocimiento como egresado distinguido en cine de la UPR-RP, otorgado
por la Asociación de Exalumnos de la Universidad de Puerto Rico; miembro del
comité seleccionador de la película puertorriqueña sometida a la Academia de
Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood para ser considerada como mejor
película en lengua extranjera (2007); y nombramiento como Profesor Emérito por
la UPR-RP (2009).
Para la ocasión, a modo de homenaje, Cinefiesta se une al esfuerzo por
reconocer y hacerle justicia al desempeño magistral de Trelles Plazaola como
profesor y crítico de cine.
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