Galería de críticas: Cine y artes plásticas

sábado, 31 de octubre de 2015

Cinefiesta realiza homenaje al crítico Luis Trelles Plazaola

Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015



La crítica de cine y el cortometraje en palabras de Trelles


La decimotercera edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico, estuvo dedicada al doctor Luis Trelles Plazaola, como reconocimiento de sus aportaciones en el ámbito cinematográfico, local e internacional; a partir del desempeño constante de la crítica, la historiografía y la docencia.
     
Cinefiesta 2015 se celebró en el Teatro Guillermo y Bertita Martínez del Conservatorio de Música de Puerto Rico, desde el 19 hasta el 26 de julio. Como cada año, el Festival incluye un calendario de Actividades Paralelas que complementan y enriquecen la muestra de Selecciones Oficiales, para beneficio del creciente público cinéfilo.

En el marco de las Actividades Paralelas, Cinefiesta contó con un conversatorio a cargo del doctor Trelles Plazaola, quien fue entrevistado por dos panelistas y miembros de la Junta de Directores de Cinefiesta Inc.: Alfredo Nieves Moreno y Ana María Socarrás Piñón.

El panel tuvo por título: El cortometraje: Género cinematográfico y punto de partida y se efectuó en la Sala Anthony “Junior” Soto del Conservatorio de Música, el miércoles 22 de julio a las 10:00 am. Además del cortometraje, como tema principal, el doctor Trelles abordó otros aspectos del cine, desde su vasta experiencia; tales como, la crítica cinematográfica, los festivales de cine y las principales directrices de sus investigaciones publicadas en Puerto Rico.

Según sus datos biográficos, Luis Trelles Plazaola nació en La Habana, Cuba, y reside en Puerto Rico desde 1961. Es doctor en Leyes y licenciado en Derecho Diplomático y Consular por la Universidad de La Habana. Completó un doctorado en Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), y posee maestrías en Cine, Radio y Televisión de la Universidad de Columbia (Nueva York) y en Ciencias Bibliotecarias del Pratt Institute (Nueva York).

En cuanto a su labor como docente, entre los años 1976 y 1994 se desempeñó como catedrático auxiliar y, posteriormente, catedrático de la Escuela de Comunicación Pública de la UPR-RP, donde también fue director interino (1977-78) y coordinador de estudios graduados (1983-84). Durante sus años como profesor universitario, creó múltiples cursos sobre distintos aspectos relacionados al cine mundial en la UPR-RP y coordinó ciclos de cine, tanto en esta institución, como en la Universidad del Sagrado Corazón y la Universidad Interamericana.

Como crítico de cine, el doctor Trelles Plazaola publicó para los periódicos El Nuevo Día (1970-78 y 1987 al 2008), The San Juan Star (1978-85) y Diálogo (1991-94). Al momento, y desde 1983, cumple esta función para el semanario El Visitante. Además, ha publicado en revistas especializadas de Puerto Rico y sus escritos han aparecido en revistas de La Habana, Caracas y París. Así mismo, ha ejercido la crítica cinematográfica para la radio y la televisión.
 
A propósito del conversatorio en Cinefiesta, Trelles comparte sus apreciaciones sobre el cortometraje, explora temas relativos a la crítica de cine en el contexto puertorriqueño, contrasta sus vivencias en los distintos festivales cinematográficos y regresa, por momentos, a La Habana.


Luis Trelles Plazaola y Alfredo Nieves Moreno en Cinefiesta 2015

El cortometraje: Un punto de partida

El cortometraje, como género cinematográfico, tiene una gran importancia en la historia del cine. Al respecto, el doctor Trelles expone las tres principales razones que han hecho del corto un género fundamental para la industria fílmica desde sus orígenes.

Según Trelles, en primer lugar, el cine de ficción, que es el que generalmente vemos y conocemos, nació en términos de duración como cortometraje. Las películas de Georges Mélies y de Edwin S. Porter eran eso, peliculitas de ocho o diez minutos de duración que contaban ya una historia y que fueron la matriz de dos géneros fundamentales: el de ciencia ficción, en el caso del francés; y el del oeste, en el caso del escocés radicado en Estados Unidos.
 
En segundo lugar, continúa Trelles, el corto es una escuela para todo el que va a hacer cine, porque le obliga a tener precisión, concisión y a depender de las imágenes; pues, el cine es fundamentalmente imágenes. En el cine, de lo único que no se puede prescindir es de la imagen; y el corto se presta, admirablemente, para que la imagen sea la que lleve la voz cantante.
 
Al decir de Trelles, una tercera razón viene a ser que los grandes cineastas siempre han hecho cortos; por ejemplo, la directora francesa Agnes Varda, la famosa Vera Chytilová y los grandes de la Nueva ola, como Jean-Luc Godard y François Truffaut. En fin, hay toda una lista de grandes directores que se iniciaron con la realización de cortometrajes.
  
De manera que, añade el doctor Trelles, “este esfuerzo que hace, año tras año, Cinefiesta con Luis J. Cruz y su equipo tan dedicado, es más que meritorio; porque nos está enseñando, posiblemente, lo que va a ser el germen de grandes cineastas en el futuro”.
                                 
Los cineastas emergentes suelen debatirse entre el cortometraje y el largometraje a la hora de plantearse la realización de su primer proyecto cinematográfico.

Al respecto, Trelles les recomienda que empiecen por el corto, en primera instancia, debido al factor económico; pero, además, porque el cortometraje es una escuela que enseña lo fundamental que es la concisión para el cine, la primacía de la imagen, y el valor de una trama que requiera de intérpretes, evitando la dependencia a los efectos especiales u otros elementos que solo distraen al espectador. Así que, “yo recomendaría el corto por razones económicas y de aprendizaje. Se aprende empezando por lo poco y luego se llega a lo grande”, sostiene.

Especialmente, Trelles recomienda “mucho tesón y paciencia”; pues, explica que el camino del cine es muy difícil en toda América Latina. Sin embargo, hoy día, el cine está al alcance por infinidad de medios; así que, puntualiza, “hay que ver mucho cine y hay que conocer realmente lo que se ha hecho antes”, para no pecar de ignorantes. Es necesario que el cineasta, como todo creador, tenga una amplia y diversificada cultura sobre su especialidad. Además, sugiere leer mucho sobre cine. “Leer y mantenerse al día también es una escuela”, afirma.



Ana María Socarrás y Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015


La crítica de cine

Luis Trelles Plazaola es la figura más representativa de la crítica de cine en Puerto Rico, con una trayectoria de excelencia en los medios locales e internacionales. Durante cincuenta años, se ha dedicado a fomentar la educación cinematográfica, desde todas las tribunas posibles: la academia, la literatura, la prensa, la radio y la televisión. El cine ha sido su vida y obra.
          
Sobre el tema de la crítica cinematográfica, Trelles Plazaola comparte su definición: “La crítica es un ejercicio, un esfuerzo sostenido, por alguien que conoce del medio, para iluminar una película”.

Trelles explica que se debe distinguir entre los tipos de crítica. Primeramente, existe la crítica momentánea, la de periódicos, radio y televisión, que se hace al calor de los estrenos que se producen cada semana y que, por necesidad, tiene que ser una primera impresión.

Es decir, argumenta el profesor, lo que se hace en prensa diaria, televisiva y radial viene a ser tanto crítica como reseña; y reseñar es volver sobre el material. En este tipo de crítica, quien reseña debe referirse a la trama, porque es lo que mueve a la gente a ir al cine; debe ubicar la película en un género cinematográfico, lo cual determina el estilo del filme; y debe mencionar a los protagonistas, pues en el cine comercial domina la estrella.
 
Además, puntualiza Trelles: “Si se sigue, como he seguido yo durante años, la teoría del autor, el crítico deberá referirse al director de la película. En una ocasión leí, no me pregunten donde, que un gran director repite cien veces el mismo tema, con variantes, pero es así; tal es el caso de Federico Fellini, Michelangelo Antonioni e Ingmar Bergman, por citar solo algunos”.
   
Trelles añade que la crítica puede ser iluminadora, también, de una posición ideológica; pues el crítico, antes que crítico, es persona. Así que, los críticos pueden tener una visión condicionada por su ideología y, entonces, la relativa objetividad se pone en riesgo.
 
Sobre la importancia y pertinencia social de la crítica cinematográfica, Trelles argumenta que la crítica es fundamental, porque al cine van multitudes de personas, un conglomerado enorme de cualquier población; de manera que, realmente, existe una apertura hacia un cúmulo social grande. Además, porque las películas encierran ideas.
 
A propósito, el doctor Trelles comenta: “Yo siempre decía en las clases que un director de cine es como un perforador de calle. El primer nivel es el asfalto, el argumento. La mayoría de la gente se queda en ese primer nivel. Entonces, la perforadora pasa del asfalto a un nivel intermedio, que sería el tema; pues, las películas cuentan un argumento, pero este puede ser un puente para un tema de mayor interés. Finalmente, existe un nivel al cual la perforadora tarda en penetrar y el asistente al cine también tarde en penetrar, que es el nivel estético”.

Con relación a la profundidad del nivel estético, Trelles explica que una película puede ser un gozo nada más que por ver sus imágenes, por apreciar la manera como se contrasta, como se usa la edición y como se emplea la música. Por ejemplo, “el solo recurso del encuadre, transmite una determinada idea al espectador. De manera que, podemos ver una película olvidándonos del argumento y fijándonos solo en la estética, en como se han manejado los recursos del cine”, argumenta.
   
La crítica de cine, en tanto interpretación, también puede alcanzar y explorar esta profundidad temática y estética de manera creativa. Al respecto, Trelles explica que la crítica cinematográfica tiene dos vertientes.

“Lamentablemente, aquella crítica de primera instancia, la de diario, radio y televisión, tiene mucho de descriptiva; pues, es lo que la gente quiere. Entonces, si uno desarrolla una crítica a fondo, de tipo estilística o temática, no descriptiva, la gente la rechaza”, sostiene.

Ahora bien, según Trelles existe otra vertiente, que es la crítica académica, la cual se realiza para revistas especializadas. Por lo tanto, “el crítico tiene que adecuarse a la publicación para la que escribe, y en dependencia de los medios, tiene que redactar a diferentes niveles de profundidad”, explica.
         
El doctor Trelles analiza el estado actual de la crítica académica y expone que esta variante de la crítica se encuentra muy limitada, porque el cine ha cambiado mucho. “Hoy día, en Puerto Rico, existe una gran limitación de las películas que se pueden reseñar, porque lo único que hay es lo que está en los cines de estreno, en salas comerciales o en televisión”, afirma.
          
Sin embargo, la década del sesenta se mostró más favorable para el desempeño de la crítica de cine en Puerto Rico. Según Trelles, en la época de los años sesenta, que fue cuando comenzó a ejercer, el crítico tenía mayores posibilidades; pues, estaba la siempre existente opción de lo comercial, pero también contaba con la riqueza de los programas especiales de cine.
     
Trelles enumera algunos de estos programas, como la serie de cine de la Universidad de Puerto Rico; el cine de la Alianza Francesa; lo que se mostraba en el Instituto de Cultura, que tenía dos series de cine, una de cines nacionales, donde se vio cine búlgaro y rumano, y un ciclo especial de grandes directores, que también era necesario para alejar a la gente del concepto de que lo fundamental en el cine son las estrellas, cuando sólo es así en términos económicos.
 
Inclusive, el profesor comenta que hubo un importante esfuerzo por parte del sector privado; tal es el caso de María de Lourdes Silva González, quien tuvo su propio cine club en Miramar, que inauguró con la película Que la fête commence (Bertrand Tavernier, 1975).


Trelles puntualiza que el crítico, hoy día, tiene diversas opciones de publicación, como el blog; pero, por el contrario, tiene una opción muy limitada en cuanto al tipo de película que puede reseñar, según lo que está a su disposición.
 
Precisamente, sobre esta variante más contemporánea de los llamados críticos blogueros, Trelles opina: “Creo que, en efecto, es una apertura, una manera de ampliar el campo crítico; aún está insipiente, en el sentido de que no tiene la misma trayectoria de la crítica impresa o televisiva, pero está evolucionando. Los blogs ofrecen otras oportunidades y se prestan a una nueva manera de hacer crítica”.
 
Con relación al cine puertorriqueño, Trelles comenta que hoy día la crítica atiende mucho más a la producción local. “El cine puertorriqueño ya tiene sus grandes figuras, empezando por Jacobo Morales, quien es realmente un autor con una temática consistente. De hecho, en el cine de Marcos Zurinaga, resulta interesante la presencia de un personaje, que se convierte en héroe para otros; por ejemplo, en la película sobre La desaparición de García Lorca (1997), en Tango Bar (1987) y en La gran fiesta (1986), con la presencia de la mujer, como figura retadora en todos los campos”, argumenta.


Sobre el panorama cinematográfico local, más contemporáneo, Trelles añade que el director de Broche de Oro (Raúl Marchand Sánchez, 2012) es un realizador que promete en términos de fluidez de la narración y el manejo de la edición para construir su película. También, alude a la cineasta Sonia Fritz por su trayectoria sostenida en el documental, sobre los diversos problemas sociológicos del ámbito nacional.


Por otra parte, para despertar localmente el interés por el maravilloso mundo del cine, Trelles propone: “Lo que habría que hacer, en primer lugar, es ofrecer más educación cinematográfica, cursos, semanas del cine. Es decir, promover más muestras especiales de cine, que sean consistentes y de cines nacionales diferentes, de directores distintos y poco a poco, porque fomentar esa cultura toma tiempo y mucho esfuerzo”.
 
Trelles explica que, lamentablemente, la gente no aprecia el cine como arte, sino que se considera como espectáculo. “El cine está tratado como entretenimiento y por eso la necesidad de crear salas especializadas”, afirma.

Por cierto, argumenta el profesor, los europeos tienen semejante cultura cinematográfica, además de por tradición, porque desde los años veinte cuentan con las salas de cine de arte y saben que hay dos vertientes: la grande y la chica. “Esta vertiente chica es, precisamente, para las películas de calidad”, puntualiza.
 
En cambio, plantea el profesor, aquí en Puerto Rico no existe una trayectoria sostenida de programas de cine como arte. Ahora bien, “Cinefiesta realiza, desde hace trece años, un esfuerzo loable y ojalá pudieran tener todas las semanas, aunque fuese en un pequeño espacio, un programa de cortos. Debería haber un seguimiento, un programa regular de pequeño formato, de lo que se muestra durante Cinefiesta”, sostiene.
 
Trelles expone que debería existir un programa subvencionado por el Instituto de Cultura o por el Municipio de San Juan, para inaugurar una pequeña sala donde únicamente se exhiban cortometrajes, y más aún teniendo la posibilidad de mostrar la cantidad de cortos, nacionales e internacionales, que recibe anualmente Cinefiesta. “Eso se hace en todas partes del mundo y es una necesidad, porque el corto es una escuela elemental para los cineasta”, reafirma.
      
Además, se debe fomentar el estudio y la práctica de la crítica en nuestras universidades. Trelles argumenta que las universidades locales han descuidado el estudio de la crítica. “Cuando yo enseñaba en Río Piedras, impartía un curso de tipo combinado; o sea, teoría e historia con práctica, y los estudiantes debían redactar una crítica semanal, en un tiempo señalado, para que desarrollaran la rapidez y la concisión que exige la crítica periodística”, recuerda.




Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015

Los festivales de cine

Luis Trelles Plazaola posee una vasta experiencia como miembro de jurados especiales en los más prestigiosos festivales internacionales de cine en Buenos Aires, Berlín, Roma, Cannes, Venecia y Montreal. A nivel local, ha sido miembro del Círculo de Críticos de Puerto Rico y miembro del jurado en los festivales San Juan Cinemafest y Festival Internacional de Cine de Puerto Rico.
  
Trelles comenta que su experiencia en los festivales cinematográficos ha sido muy diversa. Al respecto, el profesor explica que existen dos tipos de festivales; por un lado, los grandes, generales y universalmente conocidos, encabezados por Cannes, Venecia, San Sebastián, Berlín, Mar del Plata y Montreal; luego, están los festivales especializados.

Y argumenta: “En los festivales generales, la experiencia fue muy variada, desde la posibilidad de tener entrevistas exclusivas, hasta vivencias más de tipo global; pues, en estos festivales se ven más películas, uno ve grandes nombres del cine y también se tienen mayores dificultades, cuando uno es un desconocido de un país menor, para lograr el espacio que tienen los grandes críticos de las reconocidas publicaciones europeas y norteamericanas”.

Trelles continúa: “En el circuito de los pequeños festivales se tienen otras posibilidades; por ejemplo, en Huelva, hay menos películas y todas son del ámbito iberoamericano, las personalidades son más limitadas, pero mucho más cercanas a uno por el idioma y la cultura”.
 
Según el profesor, hay que contrastar los festivales generales con los especializados; pues, los generales permiten una amplia visión de todo lo notable y más reciente, en tanto, los especializados posibilitan un contacto más íntimo, directo e informal.


Luis Trelles Plazaola en Cinefiesta 2015

Vida y obra en el cine
           
Luis Trelles Plazaola tiene a su haber diez libros: El cine de Federico Fellini (1973), El cine visto en Puerto Rico. 1962-1973 (1975), Cine sudamericano. Diccionario de directores (1987), South American Cinema. A dictionary of filmmakers (1989), Cine y mujer en América Latina: Directoras de largometrajes de ficción (1991), Nostalgias y rebeldías. Cinco directoras latinoamericanas en Europa (1992), Desembarcos. Cinco directoras de América Latina en el cine europeo (1992), Imágenes cambiantes. Descubrimiento, conquista y colonización de la América Hispana vista por el cine de ficción y largometraje (1996), Divas (1997) y Ante el lente extranjero: Puerto Rico visto por cineastas de afuera (2000).
    
Sobre sus comienzos en el mundo del cine y la crítica cinematográfica, Trelles cuenta que, en su caso, la crítica es genética. Es decir, “yo nací en una familia amante del cine. Mis padres iban al cine todos los sábados y domingos. De hecho, ellos decían que por poco nazco en un cine, así que figúrate como fue la cosa”, comenta. Durante la niñez, su delirio eran las series de Flash Gordon y las películas del oeste. “De ahí nace ya una afición”, confiesa.
 
Luego, Trelles narra que estudió Derecho y trabajó en ese campo; pero, se unió al Centro Católico de Capacitación Cinematográfica que era, en la Cuba de los años cincuenta, un importante núcleo para el estudio del cine; así como, la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, donde participaron los cineastas Julio García Espinosa y Tomás Gutiérrez Alea. El Centro tenía revistas de cine, como Cine-Guía, donde empezó a publicar; pero, “eso fue en el año 1957 y vinieron tiempos calamitosos para mí, muy difíciles y tuve que salir del país”, plantea.

Por lo tanto, Trelles explica que donde se ha formado como crítico ha sido aquí en Puerto Rico, desde los años sesenta. Ya contaba con una trayectoria, pero el núcleo de su obra lo desarrolló aquí, desde que una revista católica (La Milagrosa) le permitió ejercer como crítico, hasta ahora, que practica la crítica para un periódico, también, católico (El Visitante).
   
En cuanto a su extensa producción crítica, los principales temas de investigación han sido la creación latinoamericana y femenina en el cine. Al respecto, Trelles explica: “Me interesaban esos dos campos por olvidados e injustamente marginados”. 

Por ejemplo, para escribir el libro Cine sudamericano. Diccionario de directores (1987) tuvo que demostrar que los grandes diccionarios existentes, como obras de referencia en lengua inglesa y francesa, apenas cubrían los directores latinoamericanos y repetían, una y otra vez, los mismos nombres: Emilio ʻEl Indioʼ Fernández, en México; Leopoldo Torre Nilsson, en Argentina y Glauber Rocha, en Brasil. Entonces, “ese fue el primer libro en español, publicado en Puerto Rico, que se concentraba en los realizadores de toda América Latina”, plantea.
 
El profesor Trelles amplía: “Las mujeres eran otras olvidadas, no habían mujeres, prácticamente, en ningún diccionario, solo unas pocas y ninguna hispanoamericana; entonces, por eso surge Cine y mujer en América Latina: Directoras de largometrajes de ficción (1991). Y luego, como sucede en las películas, ese libro tuvo una secuela, que es el caso de Nostalgias y rebeldías. Cinco directoras latinoamericanas en Europa (1992). Este texto surgió como consecuencia de aquel primer estudio y contó con dos ediciones”.

A lo largo de su extensa trayectoria, el doctor Luis Trelles Plazaola ha recibido múltiples honores; tales como: Premio Raúl Juliá, otorgado por el San Juan Cinemafest (2006); reconocimiento como egresado distinguido en cine de la UPR-RP, otorgado por la Asociación de Exalumnos de la Universidad de Puerto Rico; miembro del comité seleccionador de la película puertorriqueña sometida a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood para ser considerada como mejor película en lengua extranjera (2007); y nombramiento como Profesor Emérito por la UPR-RP (2009).

Para la ocasión, a modo de homenaje, Cinefiesta se une al esfuerzo por reconocer y hacerle justicia al desempeño magistral de Trelles Plazaola como profesor y crítico de cine.  
      
   

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