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David
Norris
Un autor que hace historia en Cinefiesta con su producción fílmica
David Norris es uno de los cineastas puertorriqueños más populares en Cinefiesta, el Festival Internacional de
Cortometrajes de Puerto Rico.
El joven guionista y director ha realizado varias películas que han
sido Selección Oficial en consecutivas ediciones del Festival: No tire su televisor y Feliz aniversario (2006), Cositas que se olvidan (2010), Medio minuto (2012), Gente buena (2013) y La foto de papá (2015).
El cortometraje No tire su
televisor cuenta la historia de un técnico que repara muchos televisores,
pero tiene serias dificultades para arreglar el suyo. Este corto obtuvo el
Premio Especial del Jurado en Cinefiesta
2006. Además, el mismo año, alcanzó el segundo lugar en el festival de la National Association of Latino Independent Producers (NALIP).
En tanto, Medio minuto narra
el inesperado desenlace que sufre una pareja durante su aniversario de bodas
número cincuenta y cuatro. Este corto recibió el Premio del Público en Cinefiesta 2012 y obtuvo otros
importantes reconocimientos como: Guion Ganador en la convocatoria Micros 2011, de la Corporación de Cine
de Puerto Rico; Premio del Público, Mejor Director y Mejor Cortometraje en el
Festival Enfoque 2012; y Mejor
Director en el Rincón Film
Festival 2013.
Además, Medio minuto fue selección en La hora del
corto, del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana,
en el 2012; y Selección Oficial en San
Diego Latino Film Festival, en el 2013.
Por su parte, la película Gente
buena fue galardonada como Mejor Cortometraje y Mejor Actor en la categoría
nacional de Cinefiesta 2013. El
protagonista de esta historia, Pito, recibe en su casa la visita de un hombre
misterioso, que anda buscando gente buena. Este corto, también recibió tres
premios en el Rincón Film
Festival del 2014: Mejor Comedia, Mejor Actor y Selección del
Público.
La producción más reciente de Norris, La foto de papá, forma parte de la Selección Oficial de la
decimotercera edición de Cinefiesta,
que se celebrará del 19 al 26 de julio del 2015, en el Conservatorio de Música
de Puerto Rico.
La historia de La foto de papá
cuenta, hasta la fecha, con dos reconocimientos: Mención de Honor en el
concurso de guiones de Cinefiesta 2012
y el premio al Mejor Guion en el festival de cine Hecho en Europa 2015.
Según la sinopsis: “Margarita continúa enamorada de Mateo, su amor de
juventud; quien desapareció de su vida cuando ambos tenían dieciocho años de
edad. Después de cuarenta y cinco años, él regresa a casa de Margarita; pero,
las cosas no salen exactamente como ella había soñado”.
David Norris culminó sus estudios en la Universidad del Sagrado
Corazón, en Puerto Rico, con un bachillerato en Comunicaciones Generales
(1995-2001) y una maestría en Comunicación, con especialidad en Redacción para
los Medios (2002-2012).
La entrada al
mundo de la cinematografía
En la Universidad
del Sagrado Corazón, y rodeado de buenos amigos, comenzó el interés in crescendo de David Norris por el
mundo del cine.
En 1997, Luis Molina Casanova
estaba filmando la película Cuentos para
despertar y uno de los amigos de David Norris le ofreció hacer un making of de la historia. Para entonces,
Norris tenía un equipo de cámaras y un sistema de edición. Luis Molina aceptó y
estuvieron todo el mes de producción grabando el proceso.
Norris comenta, “en ese trabajo, me fui enamorando del cine; pues, nos
metimos de lleno en la producción. Estuvimos filmando, editando y todo fue un
proceso creativo. Yo creo que esta fue mi entrada al mundo de la
cinematografía”.
Algún tiempo atrás, Norris pensaba estudiar publicidad, pero durante los
primeros dos años de universidad se sintió desmotivado; entonces, tomó una
clase de guiones con el profesor Luis
López Nieves y de esta forma descubrió que su pasión es escribir.
Al respecto, Norris argumenta: “El profesor López Nieves daba unos
talleres de cuentos cortos y también me matriculé en ellos. Hicimos mucha
amistad y ahí empecé a aprender el arte de contar historias”.
A partir de los talleres de cuentos, Norris encontró en el cortometraje
una posibilidad más real de hacer cine, porque se escribían historias bien
cortas y en aquel momento, confiesa el cineasta, “no era fácil hacer un corto,
pues era costoso y la tecnología no estaba tan a la mano como hoy día”. Su
sueño siempre fue traducir aquellas breves historias en pequeñas películas.
Mientras Norris cursaba la maestría en Sagrado, también ofrecían cursos
de guiones. Además, la profesora Teresa
Previdi invitaba a guionistas españoles y brindaba talleres adicionales.
Así, señala el realizador, “uno tenía la posibilidad de ir tomando cursos
pequeños con profesores que venían de afuera; y esa fue mi base, aparte de las
clases de López Nieves”.
Tiempo después, cuando Norris trabajaba en su tesis de maestría, conoció
al profesor Jorge González, quien
escribió Maldeamores (2007);
entonces, añade, “él fue mi director de tesis en Sagrado y me enseñó mucho”.
La sátira, la
nostalgia y la sencillez en el cine
David Norris apuesta por un cine al estilo de Luis Buñuel y Jacobo
Morales.
Por ejemplo, Norris recuerda que cuando vio la película Nicolás y los demás (1986) de Jacobo Morales, sintió que su cine
debía ser parecido a ese y explica: “Esta historia es una bien simple, sobre un
evento que ocurre en una noche y todo el peso de la película recae en sus
personajes, que son muy ocurrentes y poderosos”.
Según Norris: “La obra de Jacobo Morales posee un tono satírico y un
humor negro muy particulares. Así que, rápidamente, me identifiqué con este
tipo de cine. Una de mis primeras influencias fue Jacobo; luego, aprendí que
Woody Allen hacía un cine algo similar. Luis Buñuel también fue una importante
influencia por la simbología de sus historias”.
Sobre sus comienzos en la producción cinematográfica, David Norris
cuenta que, inicialmente, se enfocó en escribir guiones y pospuso el tema de la
producción; hasta que tuvo la oportunidad de comenzar a producir sus cortos,
porque en la empresa familiar donde trabaja tenían equipos para realizar los
comerciales.
Norris argumenta: “Intenté hacer un primer cortometraje entre los años
2001 y 2002; pero, fue una mala experiencia, porque comprendí lo difícil que
era lograr que la visión de uno se viera como una película y no como algo
criollo, barato, malo y me quité de hacer cine. Sin embargo, en el 2006,
desempolvé las cámaras y escribí la historia de No tire su televisor. Esta fue una experiencia bien diferente a la
primera”.
Y explica: “El cortometraje No
tire su televisor me hizo ver que yo podía seguir experimentando en el
cine. Precisamente, esas primeras
películas fueron puro experimento, para descubrir cómo iluminar, cómo hacer
una historia y cómo hacerlo todo sin dinero. Desde esta perspectiva, esas
películas funcionaron”.
De hecho, Norris comenta que luego de haber realizado los otros
cortometrajes, todavía se encuentra con muchas personas que lo reconocen por
aquel No tire su televisor; además,
recuerda que cuando ese corto salió tuvo la cobertura de diferentes medios, como
El Nuevo Día y Primera Hora. En particular, “este cortometraje contó con una
recepción muy buena”, señala.
A propósito de los recursos
humanos, técnicos y económicos que son necesarios para hacer cine, David
Norris ha contado con el apoyo de la empresa familiar donde trabaja; pues,
dentro de la misma, han logrado acumular una serie de equipos para producir sus
comerciales. Este fue el primer recurso de Norris para filmar los cortos.
Sus primeras películas, a excepción de Medio minuto y La foto de papá,
fueron producidas con dos o tres amistades y unos recursos bien limitados.
Económicamente, “estamos hablando de que una película no vale más de 300 o 400
dólares”, comenta Norris. Los recursos principales
fueron sus amigos y los actores, “que son el factor más importante”, añade.
Sobre la producción de Medio
minuto, su director argumenta: “La Corporación de Cine de Puerto Rico, a
través de su convocatoria Micros,
ofrecía $10,000 para cinco historias de amor que resultaran
ganadoras. Mi proyecto ganó y recibí ese dinero; además, logré conseguir como $7,000 por
gestiones personales. Adicionalmente, ya las personas conocían mi trabajo y me
ayudaban sin pensarlo e incluso, pude contar con profesionales que estuvieron
dispuestos a darme la mano sin cobrar. De esta forma, la mayor parte del dinero
se empleó en cosas técnicas”.
En tanto, el cortometraje La foto
de papá se produjo gracias a una convocatoria que anunció la Alianza Francesa de Puerto Rico para
los cineastas jóvenes. Norris explica: “Esta convocatoria no implicaba dinero;
pero, ellos proveían los recursos técnicos profesionales, como las cámaras que
PJ donaba, las luces y los seguros para darle una buena estética a la obra”.
El realizador continúa: “La foto
de papá es una historia que escribí hace algunos años. De modo que, ya
tenía el guion y lo atemperé para el certamen de la Alianza. Usualmente, la
Alianza Francesa da un pie forzado para las historias y en esta ocasión era ʻel otroʼ. En mi
proyecto, ʻel otroʼ viene a ser ese otro hijo del individuo que regresa”.
En cuanto a la dirección de
actores, David Norris comenta que realizó sus primeros trabajos ˗ No tire su
televisor, Feliz aniversario y Cositas que se olvidan ˗ con actores no profesionales, que eran compañeros de trabajo
y amigos. Entonces, “la dirección de actores consistió en decirles,
literalmente, cómo debían actuar y bregar con mi intuición. Los talentos
aportaron mucho; pero, en estos cortos, las instrucciones fueron bastante
precisas”, explica.
Luego, continúa Norris, “cuando uno empieza a trabajar con actores
profesionales, las indicaciones cambian; pues, se les presenta el subtexto del
guion y ellos adaptan cada línea desde su perspectiva, con libertad, para
construir los personajes. La misión del director es transmitirles todo lo
posible, darles las características de esos personajes para que ellos los
desarrollen”.
David Norris le otorga un valor muy especial a la caracterización de personajes y a la dirección de arte. De hecho, antes de comenzar en el cine, se
dedicaba a pintar. Finalmente, no continuó la carrera de pintura; pero, en su
trabajo profesional, se desempeña como artista gráfico y, así mismo, le confiere
una gran importancia al aspecto del arte en sus cortometrajes.
Norris argumenta: “En mis películas, he podido trabajar la dirección
artística. Por ejemplo, en Gente buena,
diseñé toda la escenografía, el empapelado, los muebles, la pintura, las fotografías,
el arte y las animaciones de la lata de cerveza. Este es un trabajo que yo hago
en mi oficina desde hace años. Por lo general, me gusta crear atmósferas
inusuales”.
En el caso de Gente buena, el
artista revela que este corto lo filmaron en un día, con un presupuesto de $1,500; pero
antes, él estuvo como dos mes, durante su tiempo libre, imprimiendo el
empapelado, pintando y montando las paredes, las puertas y los gabinetes.
Norris explica que este fue un proceso bastante artesanal y que, finalmente,
montaron toda la escenografía en un pequeño estudio de la misma oficina donde
trabajaban.
Otro elemento que distingue la obra de Norris es su interés por el cine de tipo nostálgico. El director
explica: “Aunque me gustan mucho las historias irónicas, de humor negro,
entiendo que el público puertorriqueño es más demandante de las tramas
nostálgicas. Por ello, escribí Medio
minuto, para ganar la convocatoria Micros y la pegué. En el proceso,
surgieron también otras historias que nunca sometí, como La foto de papá, y todas tenían que ver con la nostalgia”.
Aunque, comenta Norris, “es cierto que, incluso en los trabajos
anteriores, siempre hay una cuestión con la nostalgia y con el recuerdo. No se
la razón, yo pienso que es una cuestión estética, quizás porque fotografía
bien. También, tengo obsesión en mis historias por la repetición; esto es
propio de mi personalidad, soy repetitivo en cuanto al empleo de objetos y a la
hora de escribir. De hecho, este recurso se ha convertido en una marca de mi
obra”.
David Norris identifica una característica distintiva, por excelencia,
de su producción cinematográfica: “Yo creo que la sencillez. Para mí, lo más importante es el personaje y lo que
ocurre con él. Y obviamente, como uno no tiene un presupuesto elevado, siempre
he tratado de escribir guiones que sean filmables; o sea, que yo tenga los
recursos para construir una historia entretenida y que, por lo general, alcance
tonos irónicos”.
Gente buena
La película Gente
buena (2013) fue reconocida como el Mejor
Cortometraje en la undécima edición de Cinefiesta,
el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico.
Sobre el origen de este corto, David Norris cuenta que, como el
protagonista, él también se ha sentido manipulado
por la publicidad. En parte, “yo soy ese personaje que se deja convencer
por un anuncio para tomarse una cerveza”, confiesa. Además, “cuando niño,
conocí a un sujeto muy irreverente, que hablaba del único modo que sabía
hacerlo y enfrente de cualquiera”, explica. Ese individuo también fue una
inspiración para el surgimiento de Pito.
Como parte del proceso de producción, Norris sabía que no podía
utilizar una lata de cerveza de las marcas existentes, así que se inventaron
otra. “Yo propuse que fuera Isla Nevada Light; pero, uno de los muchachos del
equipo sugirió hacer una Palma Nevada
y así quedó”, explica. Norris diseñó la lata y pintaron unas cuatro cajas de
refrescos para la filmación.
En cuanto a la creación del
eslogan ʻTú sabes lo que quieres, siempre quieres otraʼ, Norris señala que se inspira en un anuncio de la
cerveza Schaefer que promovía ʻNo puedes beber solo unaʼ; lo cual, le pareció bien
irresponsable y atrevido por parte de esta compañía.
Además, Norris argumenta: “Nuestro eslogan tiene mucho que ver con la
historia. Le estoy diciendo al personaje, todo el tiempo, ʻtú sabes lo que quieresʼ; pero, justamente, este sujeto no sabe lo que
quiere. O sea, es la publicidad quien piensa por él y le indica
que ʻsiempre
quieres otraʼ. De esta
forma, en la película se expone y cuestiona el impacto mediático”.
Tanto en Gente buena, como
en sus cortos anteriores No tire su
televisor y Cositas que se olvidan,
Norris utiliza el elemento del televisor
de manera recurrente. A propósito, el cineasta cuenta que cuando estudiaba en
la Universidad del Sagrado Corazón, había en la
biblioteca un VHS de México, que tenía una colección como de 40 cortometrajes,
de manera que veían esos cortos una y otra vez.
Norris explica que, en particular, una de
aquellas historias le impresionó mucho, porque todas las acciones estaban relacionadas con un objeto (la radio).
Lo cual, fue motivo de inspiración para el corto No tire su televisor, que se convirtió en su primer experimento
cinematográfico; entonces, el televisor funcionó como ese objeto lúdico y
necesario para desarrollar una historia.
Luego, argumenta Norris, “como yo tengo una personalidad un tanto
obsesiva, cuando estoy en ese proceso creativo recurro a los mismos objetos para hacer nuevas historias. Y así fue
que empezó Gente buena, con el
televisor. De hecho, el personaje de Cositas
que se olvidan también es un sujeto obsesivo y manifiesta uno de sus tics
nerviosos utilizando el televisor como soporte”.
A través del cine, Norris explora el
tema del olvido y cuestiona la inacción, tanto individual como nacional. El
realizador explica: “Por ejemplo, Cositas
que se olvidan es también una historia sobre la necesidad de no olvidar.
Lamentablemente, en estos tiempos, el alzheimer
es una de las enfermedades más recurrentes; pero, resulta aún peor, que muchos
la padecemos sin tenerla. Y Gente buena
es, a su vez, un ejercicio de introspección; pues, yo
me cuestiono muchas veces qué es lo que estoy haciendo por mi familia, por la
sociedad. Tenemos las herramientas para hacer mucho y solo aspiramos a una
cerveza”.
La foto de
papá
La película La foto de papá
(2015) es la más reciente producción de David Norris y forma parte de la
Selección Oficial en la decimotercera edición de Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto
Rico.
Al respecto, Norris comenta que se inspiró en un suceso familiar, relacionado con su padre, para construir este
guion cinematográfico, que gira en torno a la importancia de la foto. De hecho,
cuando empezó en la Universidad del Sagrado Corazón, lo primero que estudió fue
fotografía. Además, su padre fue un fotógrafo amateur; así que, siempre ha estado relacionado con esta
disciplina.
Norris argumenta: “La
fotografía y la imagen, como tal, tienen un poder muy grande sobre los
seres humanos. De alguna manera, en mis películas, siempre intento evocar el
pasado y utilizar la fotografía como recurso. Definitivamente, el poder de la
nostalgia es algo mágico y a mí me gusta mucho trabajar este tema”.
Cinefiesta,
el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico
El cineasta David Norris es uno de los talentos puertorriqueños con
mayor participación en Cinefiesta, el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico. Hasta la fecha, se
suman un total de seis producciones cinematográficas, como guionista y
director.
David cuenta que conoció a Luis J. Cruz antes de que surgiera Cinefiesta, porque coincidieron en uno
de los talleres organizados por la profesora Teresa Previdi. En una ocasión,
Luis le prestó una película y así comenzaron la amistad. Luego de eso, David
supo que Luis traía cortos de un festival de España (La Boca del Lobo) y empezó
a participar en estas actividades.
Después, cuando Luis organizó Cinefiesta, Norris trató de participar en esa misma edición y
sometió una película que no fue aceptada. Luego de eso, se desvinculó por un
tiempo, hasta que regresó con No tire su
televisor.
David Norris comenta: “Cinefiesta, como lo dice su nombre, es una fiesta del cine, que
siempre ha sido excelente para conectarme con el mundo cinematográfico, ver
películas del extranjero y estar con mis panas. Antes de Cinefiesta, hablábamos de hacer cortos; pero, siempre terminábamos
cuestionándonos para dónde los íbamos a enviar, con qué dinero lo íbamos a
hacer y Cinefiesta ha sido ese portal local necesario para exponer
nuestras películas. En ese sentido, yo creo que es como el motor para
continuar haciendo cine”.
Según Norris: “Cinefiesta es
la mejor forma de uno darse a conocer.
Yo he participado muchas veces, y eso me ha dado la oportunidad de conocer
mucha gente y de que mucha gente conozca mi trabajo. Tengo muchas amistades que
han surgido a través de Cinefiesta.
Dentro de este espacio uno va haciendo, también, una serie de admiradores y
seguidores”.
Ante cada nueva edición, Cinefiesta
supone un mayor reto para los cineastas
locales. Según Norris: “Ahora, el reto es tratar de hacer mejores
películas, porque uno no quiere quedarse afuera. En el 2006, no había tanta
competencia; pero, en este momento, hay demasiada. Además, uno siempre quiere
ganar; para eso, hay que hacer lo mejor posible, con historias más creativas y
diferentes”.
Con relación a la calidad de los cortometrajes nacionales presentados
en Cinefiesta, Norris comenta que la
muestra nacional ha ido mejorando mucho en términos de la calidad estética,
pero que todavía hay cosas por perfeccionar, en especial los guiones.
Para Norris, este ha sido el resultado también de la tecnología, que
ha ido mejorando y se ha ido abaratando; pero, también ha sido el resultado de
la proliferación de escuelas técnicas, que están educando a más muchachos y
muchachas, quienes salen hechos unos expertos en el manejo de la cámara.
Ahora bien, “eso mismo es lo que debería suceder con el tema del guion; pero, como quiera,
uno ve que hay un grupo de cineastas que siempre hacen un trabajo excelente en
todos los aspectos; por ejemplo, Álvaro Aponte Centeno y Michelle Malley
Campos”, señala.
Norris recomienda a los cineastas locales emergentes que “hay que
producir todo el tiempo y seguir sometiendo a Cinefiesta. El primer trabajo que envié al Festival no fue
seleccionado; pero luego, he logrado participar muchas otras veces, con muy
buenos resultados”.
Para ello, continúa el director, “yo he tenido que trabajar bastante;
pues, las historias se tienen que pulir. Los guiones que he escrito no los he
filmado de la primera; e incluso, han pasado por las manos de otros escritores.
Por ejemplo, Gente buena fue el
resultado de muchos meses de trabajo; en tanto, Medio minuto tardó cuatro meses, aunque filmamos en dos días”.
Sobre el impacto del Festival
en la producción cinematográfica puertorriqueña, Norris explica que Cinefiesta fue el precursor de los
festivales de cortometrajes en Puerto Rico; así que el impacto ha sido bien
grande. “Una vez comenzó Cinefiesta,
empezamos nosotros, los jóvenes de aquel momento, a competir por sacar
cortometrajes; según Cinefiesta va
creciendo, nosotros vamos madurando como cineastas”, argumenta.
De hecho, puntualiza Norris, “además de mi generación, que ha ido
creciendo con Cinefiesta, se van
sumando realizadores aún más noveles. Ellos tienen hoy, gracias a Cinefiesta, un espacio para el cine acá,
sin necesidad de someter en festivales del extranjero. Nosotros tenemos aquí
mismo, en nuestra casa, un festival de mucha credibilidad para enviar nuestros
trabajos. Definitivamente, eso ha sido de gran ayuda”.
En cuanto a sus próximas
producciones, Norris comenta que tiene dos proyectos de largometrajes. Uno de ellos
está en proceso de desarrollo y espera que estrene para dentro de un año,
aproximadamente.
David Norris se encuentra entre los cineastas más prometedores y maduros
del cine local.
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Galería de críticas: Cine y artes plásticas
viernes, 30 de octubre de 2015
David Norris aboga por la sencillez en el cine
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