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Fotograma
Luna vieja (2013)
Raisa Bonnet realiza un cortometraje sobre la mujer, la naturaleza y
el incesto
Luna vieja (2013) es la más reciente producción
cinematográfica de la joven guionista y directora puertorriqueña Raisa Bonnet.
El cortometraje recibió el galardón a la Mejor Actuación Femenina
(nacional), por la interpretación de María Velázquez en el rol de Elsa, durante
la duodécima edición de Cinefiesta,
el Festival Internacional de Cortometrajes de Puerto Rico.
Además, el Jurado de Cinefiesta
otorgó el premio de Mejor Director Nacional a su realizadora Raisa Bonnet por
el buen desempeño que demostró en el manejo de un elenco heterogéneo,
conformado por talentos experimentados, emergentes y empíricos.
La trama de la película cuenta cómo Elsa descubre la relación
incestuosa entre el yerno y la nieta, durante la estadía de ambos en su
residencia de Vieques, con motivo del fallecimiento de su esposo, el abuelo de
Mina.
Una primera lectura del texto cinematográfico, a nivel explícito, nos
conduce al tema del incesto como un
aspecto vigente en la sociedad puertorriqueña; en tanto, resulta ancestral en
el panorama de la historia universal de la humanidad.
Si le damos a la obra el beneficio de una interpretación a nivel
implícito, deberíamos entonces referirnos al significado que otorga el contexto socio-político de Vieques.
Según el poeta puertorriqueño, Luis Lloréns Torres: “La Isla Nena es de la madre
que la parió con dolor”.
La carga simbólica que posee la historia de Vieques resemantiza la
narración primaria del corto; y este nuevo valor, se fortalece con la presencia
de la activista María Velázquez como protagonista. En tanto, Mina, es el nombre dado a
la nieta. Recordemos las múltiples noticias y polémicas sobre las minas
escondidas en las playas de Vieques.
Luego, podemos permitirnos una lectura sintomática que subraye el
significado de un personaje sugerido: la
Luna, nunca vista, pero siempre latente.
¿Quién es la Luna? ¿Por qué la Luna?
A veces la mirada, como la luz de la luna, quebranta las estructuras
de cierre y demuestra la fragilidad de esos espacios llamados íntimos. Ante la
naturaleza, como frente a la cámara, todos estamos expuestos. Las puertas y
ventanas no pasan de ser una ilusión para esconder nuestros pecados que, al
final del día, alguna luna se ocupará de develar.
Fotograma Luna vieja (2013)
La
muerte del padre original
El espíritu romántico del siglo XIX define, en su
sentido plástico, la cinematografía de Luna
vieja. Una sucesión de cuadros, como si fuesen lienzos, anuncian el dominio
absoluto de la naturaleza y la fragilidad de la existencia humana.
Todo lo relativo al paisaje resulta imponente,
soberbio y sublime; en tanto, aquello referente al género humano encuentra su
fundamento en la estética de la fealdad. Y es que esta concepción de la belleza distintiva del romanticismo se apropia de
lo sublime kantiano y de lo feo como sinónimo de la más auténtica expresividad.
Al respecto, Umberto Eco desarrolla teóricamente “la
redención romántica de lo feo” en un capítulo de su libro Historia de la fealdad. En tanto, William Shakespeare ofrece una
síntesis perfecta en un parlamento de las brujas de Macbeth: “Lo bello es feo y lo feo es bello”.
Las montañas, el mar en su aparente infinitud, el
susurro del viento, las plegarias femeninas y el perfil de una casa opacada por
la intensidad de la luz son cualidades visuales que preludian la muerte.
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Luna vieja (2013)
Esta muerte del padre original (del abuelo) es el
pretexto para una reunión familiar que expondrá a la protagonista (la abuela)
ante el conflicto externo (la relación incestuosa de Alei y Mina) con el fin de
activar y resolver un conflicto interno
(su propia experiencia del incesto).
El horror al incesto, según Sigmund Freud en Tótem y tabú, “es conocido desde hace
mucho tiempo”. De acuerdo con sus estudios sobre el hombre primitivo y la
sexualidad, luego del parricidio (entiéndase la muerte del padre original, del
jefe tribal) se institucionaliza la prohibición del incesto que da origen a la
cultura.
“Ya la primera fase cultural, la del totemismo, trae
consigo la prohibición de elegir un objeto incestuoso, quizá la más cruenta
mutilación que haya sufrido la vida amorosa del hombre en el curso de los
tiempos”, plantea Freud en El malestar en la cultura.
Así, la
muerte del abuelo en Luna vieja
viene a ser el punto de partida ideal, que deja planteada la hipótesis de un
patrón de relación incestuosa entre los padres y las hijas de esta familia
durante generaciones.
¿Cuál será la reacción de Elsa ante la evidencia de
este patrón?
Elsa deberá romper con el impulso ancestral
incestuoso de los hombres de su “tribu” para instaurar definitivamente esta
prohibición en su raza y salvarla con el paso a la cultura, en términos
freudianos.
Fotograma
Luna vieja (2013)
Aquí todo sucede del otro lado de la ventana, detrás
de las puertas. Pero las ventanas son de cristal y las puertas quedan
entreabiertas. La mirada de Elsa,
así como el brillo de la luna, siempre encontrará un leve resquicio para
penetrar.
Este motivo, altamente significativo, se repetirá
una y otra vez en el corto.
Elsa
es la luna. Ella los ve llegar a través de la
ventana sin que ellos reparen en su mirada porque, misteriosamente, nunca nos sentimos
observados por la luna; pero ella está ahí, ejerciendo cada noche su efecto
panóptico sobre nuestros cuerpos y nuestros actos.
Elsa, la abuela que es la luna, ve desde la ventana
cómo Mina desviste a su padre.
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Luna vieja (2013)
La
ropa limpia
Existe un popular mito sudamericano sobre el incesto de la luna, según el cual, sus manchas son las marcas que quedaron en su rostro
luego del vínculo transgresor.
A estas manchas ninguna ropa limpia las puede
borrar.
Las huellas permanecen invisibles en la piel y en
las sábanas.
Elsa, su hija fallecida (sutil vínculo con la muerte
del abuelo) y su nieta llevan las
manchas de la luna; mientras, son retratadas en unos planos fílmicos de una
pureza contrastante.
El acto manifiesto del incesto entre la nieta y el
yerno devuelve a Elsa su primaria
condición de víctima y activa su complejo de culpabilidad no resuelto para
con la hija que ya no está. La muerte de esta hija solo queda planteada
mediante un diálogo que le hace alusión.
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Luna vieja (2013)
Luego de presenciar la escena sexual, a través de
una estructura en madera con oquedades, Elsa se ducha. Y esta reacción típica
de una mujer violada evidencia aquellas manchas, esos recuerdos que tanto ha
intentado bloquear.
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Luna vieja (2013)
En este punto crucial de la historia, Elsa abandona
su postura de observadora, su metafórica encarnación de la luna y pasa a ser
tan observada como el resto de los implicados.
Ahora es la mismísima luna, en tanto personaje
insinuado mediante el uso de una cámara subjetiva, quién con su mirada
indiscreta descubre a Elsa.
La
luna invade su intimidad desde una fina ranura que deja abierta
la puerta hacia el cuarto de baño y luego continúa emplazándola durante el
desarrollo de la narración, porque Elsa necesita resolver el conflicto interno
y ella será su único testigo ocular.
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Luna vieja (2013)
Vete
lejos Guaraguao
La naturaleza recupera su situación protagónica, si
alguna vez la perdió.
El silencio del ser humano inunda estos parajes y la
mínima comunicación verbal se articula a través de melodías que dotan de alma,
que personifican, a cada elemento de la naturaleza. El animismo recobra su
elevado sentido simbólico ancestral.
La Canción del
guaraguao, como parte de la diégesis al ser entonada por Elsa, establece un
paralelismo entre el yerno y esta
especie de ave rapaz que devasta sus corrales. En tanto, funciona a modo de
amenaza e indica una tendencia a la acción.
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Luna vieja (2013)
Luna
llena
Mientras, Tonada
de luna llena, del compositor venezolano Simón Díaz, enaltece de manera
extradiegética ese momento climático de la huída bajo la luna, su cómplice.
La luna la está mirando; en tanto, un abrazo que
unifica y fortalece cierra el ciclo del
incesto en sus vidas.
Luna
vieja, a diferencia del filme La luna (1979) de Bernardo Bertolucci,
que también explora el incesto, no trabaja con la luna en cuanto a presencia
física sino espiritual e inmaterial.
El cuerpo celeste nunca se muestra. En cambio, se
logra expresar su efecto a través del sabio recurso de la mirada.
Milan Kundera en La
insoportable levedad del ser plantea: “La carga más pesada es la imagen de
la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras
de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será”.
Entonces, pregunta Kundera: “¿Qué hemos de elegir?
¿El peso o la levedad?”.
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martes, 27 de octubre de 2015
La mirada de la Luna vieja
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